La ruta de dificultad media, tuvo su paso por terrenos de labor, zonas irregulares en piedras volcánicas y hasta sortear pequeñas bardas para avanzar…
El ascenso, fue todo un reto que hizo abrir nuevas brechas para llegar a la punta, con una altitud de 0 2,750 metros sobre el nivel del mar, ahí el regalo que dio a los participantes fue la panorámica y recorrer la zona del cráter.
El esfuerzo de más de dos horas y media satisfizo a Dulce María Gómez de Tetla “muy padre, muy padre esto de compartir con la naturaleza y esa energía que si se logra sentir, el intercambio de energía que si se llega a sentir de nosotros a ella y de ella a nosotros”
Para Yamil Huerta Cuellar de Apizaco fue gratificanter conocer esta zona “normalmente acostumbro subir la Malintzi constantemente, acostumbro mucho el senderismo y en esta ocasión quisimos conocer un lugar nuevo”
Llegó el momento de agradecer, a través de un ritual donde se ofreció algunos de los elementos que cada participante llevó, se acompañó de cantos…
El recorrido era apenas la mitad del trayecto, para completarlo en descenso, que implicó mayor precaución para no sufrir alguna caída ante la pendiente que presentaba… Al final cumplir el reto hacia agradecer el evento como lo dijo Nelly Mijares de Apizaco
“Claro que bueno que el Idet ha tomado estas actividades para que cada vez más se sume más gente a este tipo de actividades que nos ayudan y fortalecen”
De esta forma culminaba el primero de seis recorridos que se tienen programados durante el presente año.