El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala proyecta realizar más de 12 mil procedimientos quirúrgicos a lo largo del año 2025 en sus tres hospitales. Es fundamental destacar que cada intervención quirúrgica sigue un riguroso proceso, el cual queda documentado detalladamente en el expediente clínico individual de cada paciente, informó el jefe de Servicios de Prestaciones Médicas (JSPM), doctor Fernando Moncada Jiménez.
Este año se harán más cirugías, se estarán haciendo más consultas de Medicina Familiar y más consultas de especialidad, porque todo el IMSS está comprometido con la Estrategia Nacional 2-30-100 establecida por el director general, Zoé Robledo, de realizar durante 2025: 2 millones de cirugías, 30 millones de consultas de especialidad y 100 millones de consultas de Medicina Familiar.
La representación tiene la capacidad operativa y los recursos necesarios para alcanzar la meta de realizar más de 12 mil 700 procedimientos quirúrgicos durante el presente año. Este objetivo representa un incremento de más del 25% respecto al promedio de intervenciones registradas en 2024, el cual se situó ligeramente por encima de las 10 mil cirugías, proyectando un récord histórico de productividad en la atención médica.
Para que el paciente pueda ser programado para cirugía, debe haber cumplido previamente con el proceso asistencial que inicia en la consulta de Medicina Familiar o en el Servicio de Urgencias. En cualquiera de los dos escenarios, la realización de los estudios preoperatorios es decisiva; sin la documentación completa y el resultado favorable de estos análisis, es imposible proceder con la intervención quirúrgica.
“El médico familiar o el urgenciólogo solicitarán los estudios de diagnóstico que correspondan, basándose en la sintomatología actual y los antecedentes del paciente. Estos análisis son cruciales, ya que permiten confirmar o descartar las hipótesis médicas iniciales sobre el padecimiento, asegurando así la precisión del diagnóstico”, detalló Moncada Jiménez.
Tras la confirmación del diagnóstico, el paciente es derivado al servicio de especialidad, donde se realizan estudios complementarios para definir si la cirugía es indispensable. De ser así, se programan citas con el cirujano y el anestesiólogo, quienes determinan y autorizan las condiciones finales para la intervención quirúrgica.
“Cuando el paciente se encuentra en el servicio de Urgencias, la naturaleza crítica de su estado exige que todo el proceso de diagnóstico y programación se realice de manera inmediata y consecutiva. Dependiendo del riesgo inminente para su salud o vida, el procedimiento quirúrgico puede llevarse a cabo en cuestión de horas o pocos días”, puntualizó el especialista.
En el caso de las cirugías programadas que se originan en el servicio de Consulta Externa, el paciente debe cumplir rigurosamente con sus citas médicas y la realización oportuna de todos los estudios ordenados. El incumplimiento o la pérdida de estas citas (ya sean médicas o de estudios) implica la necesidad de reiniciar el ciclo desde el principio, y también afecta la eficiencia del sistema, retrasando la atención de otros pacientes que se encuentran en lista de espera.
“Es fundamental que los estudios preoperatorios sean realizados exclusivamente por el IMSS. Si un paciente presenta análisis o estudios provenientes de otras instituciones, ya sean públicas o privadas, la política institucional establece que el IMSS deberá repetir dichos estudios para asegurar la estandarización y la calidad requerida antes de cualquier procedimiento quirúrgico”, subrayó el titular de la JSPM.
La estabilidad del estado de salud del paciente es crucial para la cirugía. Si el paciente presenta cambios antes de la operación, como indicadores elevados por enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión) o inflamación persistente (edema) por lesiones o fracturas, la intervención quirúrgica debe ser pospuesta hasta que se logre la estabilización médica. (Boletín)