En el comunicado conjunto derivado de la reunión de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador y de Estados Unidos, Joe Biden, se reconoce que el aumento de la inflación repercute en el bienestar de las familias de ambos países y requiere una acción fuerte, inmediata y concertada. “Por eso nos hemos comprometido a combatir conjuntamente la inflación acelerando la facilitación del comercio bilateral y reduciendo los costos comerciales”.
En cuanto a la seguridad, se reconoce como desafío bilateral, por lo que se estableció el compromiso de “combatir las organizaciones criminales trasnacionales que fomentan la violencia en nuestros países”. Esto incluye la circulación de fentanilo, el tráfico de armas y de personas, por lo que se creará un grupo de trabajo operativo para interrumpir el flujo de esa droga.
En la declaración bilateral se destaca que “Estados Unidos y México reafirman su amplia y profunda cooperación y su compromiso con la construcción de un futuro más próspero y seguro para los pueblos de América del Norte. Mientras enfrentamos desafíos globales y regionales sin precedente que requieren los esfuerzos concertados de nuestras dos naciones, defendemos la democracia, el crecimiento inclusivo, la transparencia, el estado de derecho y los derechos humanos como valores fundamentales que sustentan nuestra seguridad y prosperidad compartidas”.
Como parte de los acuerdos en el ámbito económico, se resolvió fortalecer las cadenas de suministro en la región, se intensificará la coordinación de políticas económicas para que dichas cadenas “sean más resistentes y ampliaremos la producción en Norteamérica. México se comprometió a comprar a Estados Unidos hasta un millón de toneladas de fertilizantes (sulfato de amonio) para distribuirlo entre los agricultores de subsistencia y planea adquirir 20 mil toneladas de leche en polvo.
Con base en compromisos establecidos en la Cumbre de las Américas en materia migratoria, se emprenderán esfuerzos para “abordar los factores económicos y de seguridad subyacentes a la migración y, reconociendo que el desarrollo debe estar en el centro de todas las políticas migratorias, aceleraremos y ampliaremos los programas de cooperación internacional centrados en las comunidades más marginadas”. Se buscará mejorar las condiciones económicas y sociales en toda la región, creando oportunidades de trabajo dignas como alternativas viables para los potenciales migrantes.
Se aspira a promover mayor protección para los trabajadores como parte de una estrategia de movilidad laboral de los migrantes que buscan acceso a vías legales. Se creará un grupo de trabajo para dar una respuesta transfronteriza a la migración infantil, “un fenómeno que ha impactado significativamente a nuestros dos países y que pone a los jóvenes en un peligro innecesario”.
En torno a la protección ambiental se pretende desarrollar “soluciones climáticas y en el desarrollo del sur de México, con su vasto potencial humano e importantes oportunidades para el comercio, la conservación y la energía limpia”. Además se adoptarán políticas para reducir las emisiones de metano procedente del petróleo y el gas; acelerar la transición a vehículos de emisión cero e impulsar el desarrollo de energías limpias y diseñar políticas para combatir el cambio climático, a fin de convertir a la región en “líderes mundiales” en esta materia.
En cuanto al comercio fronterizo, se señala que el gobierno estadunidense invirtió 3 mil 400 millones de dólares en mejorar la infraestructura en los cruces fronterizos para mejorar sus condiciones de operación. México se comprometió a invertir mil 500 millones de dólares en infraestructuras fronterizas entre 2022 y 2024.
El próximo Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y Estados Unidos, que se celebrará en septiembre, se centrará en el fortalecimiento de los mecanismos para crear corredores más seguros y eficientes para el comercio y el intercambio.