En un balance sobre su visita a Washington, destacó el compromiso del presidente Joe Biden de ampliar las visas de trabajo para alentar la migración legal. Sin embargo, México insistió en su postura de incrementar los recursos destinados a programas sociales en Centroamérica para atacar las causas de la emigración, lo que implicaría fortalecer los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
Tras calificar de muy favorable el encuentro por los acuerdos alcanzados, mencionó que México comprará fertilizantes a Estados Unidos, porque es fundamental para la estrategia de incrementar la producción agrícola. En paralelo, se impulsarán acciones locales, entre ellas la construcción de una nueva planta de fertilizantes en donde se encuentra la polémica Agronitrogenados.
“Queremos dejar produciendo plantas que permitan abastecer 60 por ciento del mercado de fertilizantes y que se entregue a los productores más pobres de manera gratuita”.
En torno a las inversiones, destacó que durante años no explotaron las concesiones porque no era negocio el petróleo, pero ahora van a invertir. Mencionó el campo Zama, que será explotado conjuntamente con una empresa privada, pero bajo la dirección de Pemex, donde se tienen las mayores reservas y producirá hasta 150 mil barriles diarios.
Aludió al impulso a la generación de energía solar, citando la coinversión de la Comisión Federal de Electricidad y el gobierno de Sonora, que se pretende reproducir en otras regiones. La potencial inversión privada extranjera en este rubro “se autorizará siempre y cuando la planeación esté a cargo de la Secretaría de Energía y el socio principal sea la Comisión Federal de Electricidad”.
Resaltó que México planteó cambiar la política migratoria para evitar los vacíos que se llenan con los traficantes de personas o con los empleadores sin escrúpulos que explotan a los migrantes, aprovechando el déficit de mano de obra en Estados Unidos.
Son necesarias la regularización de los migrantes que ya residen en ese país y las visas temporales de trabajo, “porque la inflación se desata por la pandemia y la guerra en Ucrania, pero en el fondo es porque no hay producción suficiente en América del Norte. Se importa mucho, nosotros estamos importando 100 mil millones de dólares de China y Estados Unidos 500 mil millones”.
Se trata de consolidar este esquema en América del Norte, pero con la pretensión de expandirlo a futuro hacia todo el continente, afirmó.
De buen talante ironizó con las críticas de los “especialistas del antiguo régimen”, quienes auguraban que lo regañarían por no acudir a la Cumbre de las Américas y esperaban que hubiera choques o minimizaban el encuentro porque no era visita de Estado. “Que no me desabroché el saco. No, pues se me iba a ver la panza y entonces: ‘miren la panza, por la barbacoa, los tamales de chipilín, los chanchamitos, los tlacoyos y la torta de chilaquil, la guajolota”.
Aludió a las escenas del encuentro y la duración de su discurso trivializando las descalificaciones: “Le dije, presidente, voy a tardar, ‘usted no se preocupe’, me dijo. Da confianza para hablar de manera sincera. Por eso me siento como siempre, ¿no? Aunque he leído el Manual de Carreño, uno debe de ser auténtico. Me sentía cómodo y abrí un poco las piernas, las doblé, porque estaba tranquilo. Esto no es un asunto de urbanidad y buenos modales, aquí va uno a tratar lo que interesa”.