De acuerdo con el “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022: dinámica y desafíos de la inversión para impulsar una recuperación sostenible e inclusiva”, estas perspectivas se dan en un contexto en el que los países de la región enfrentan un panorama económico y social muy complejo en 2022.
La Cepal explicó que a un mal desempeño del crecimiento económico se suman las fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales, situación que se ha traducido en grandes desafíos para la política macroeconómica, que debe conciliar políticas que impulsen la reactivación económica con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas.
Añadió que al complejo escenario interno de la región se agrega un escenario internacional en que la guerra entre Rusia y Ucrania ha ocasionado crecientes tensiones geopolíticas, un menor dinamismo del crecimiento económico, una menor disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de la energía que han incrementado las presiones inflacionarias que venían produciéndose como resultado de los choques de oferta generados por la pandemia del covid-19.
Así, apuntó el organismo internacional, se presenta un contexto en el que aumenta la incertidumbre sobre la dinámica del crecimiento y la inflación mundial, y sobre la respuesta de la política monetaria en las economías desarrolladas, ha aumentado la volatilidad de los mercados financieros internacionales, generando condiciones más onerosas para acceder al financiamiento, lo que perjudica a los países de la región.
Además, el dólar ha mostrado una tendencia a la apreciación respecto de casi todas las monedas, lo que también va en detrimento de los países de América Latina y el Caribe.
En este contexto, para América Latina y el Caribe, la Cepal estima un crecimiento económico de 2.7 por ciento en 2022.