Pese a estar en un año previo a las elecciones presidenciales, los riesgos políticos en este punto no son preocupantes como para afectar la evaluación crediticia de México, dado que aún no se conoce a quien postulará Morena –el partido de Andrés Manuel López Obrador–, ni tampoco existe un candidato en la oposición; es más, sobre esta última ni siquiera se sabe si se mantendrá unida alrededor de un aspirante común, o se fragmentará, agregó la analista.
Al destacar el caso de Brasil y Perú, dijo que la incertidumbre política, puede empañar las perspectivas de actividad económica, inversión y reformas.
“Creo que la volatilidad de la política y un panorama más desafiante se está convirtiendo en una característica de riesgo para la región.”
Se sostiene la calificación
Dijo que entre los posibles riesgos fiscales en México para 2023 está que al ser un año prelectoral exista una presión por el lado de los ingresos, sobre todo si caen los precios del petróleo, y que el gobierno sacrifique parte del gasto en inversión para dirigirlo a proyectos prioritarios y programas sociales.
“Vamos a ver a los candidatos y sus plataformas políticas, su orientación, el tipo de reformas económicas que tal vez quieran hacer y qué áreas de continuidad política podríamos tener”, por ahora “es claramente una discusión un poco temprana, pero en este momento realmente no estamos demasiado preocupados por las elecciones en México.”
Agregó que en el país, las transiciones han sido tersas, entre PRI, PAN y Morena.