Ambos organismos presentaron el documento: 'Pobreza infantil y adolescente en México, 2022', donde detallan que la pobreza en la población mexicana total en ese periodo bajó de 41.9 por ciento a 36.3 por ciento, es decir, 5.6 puntos porcentuales.
De todos los niños y niñas adolescentes (NNA) en situación de pobreza, aproximadamente cuatro de cada 10 viven en condiciones de pobreza moderada y una de cada 10 vive en situación de pobreza extrema.
En el caso de la población infantil y adolescente hablante de lengua indígena, se observa una alta incidencia de pobreza y carencias sociales.
El 79.1 por ciento de la población infantil y adolescente mayor de tres años, hablante de lengua indígena, tiene al menos tres carencias sociales y de ellas, la mayor es la carencia de acceso a la seguridad social (93.9 por ciento).
El 82.3 por ciento de quienes hablan lengua indígena viven en condiciones de pobreza: 50.2 por ciento en condiciones de pobreza extrema y 32.1 por ciento en condiciones de pobreza moderada.
El Coneval y Unicef destacaron que hay una incidencia mayor de pobreza en NNA que reportan alguna discapacidad (51.4 por ciento) comparado con aquellos que no (45.0 por ciento).
A su vez, hay incidencia de pobreza de 54.6 por ciento en NNA que habitan en hogares con presencia de personas con alguna discapacidad, mientras que el nivel es de 43.8 por ciento en aquellos que no viven esa situación.
En el documento se menciona que la pobreza en el hogar de los NNA se reduce al incrementar el número de personas ocupadas, o ante el caso de que la jefatura del hogar tenga entre 40 y 64 años, o bien, que cuente con al menos la secundaria completa.
Sin embargo, existe una mayor incidencia de pobreza de los NNA que viven en las entidades federativas de la región sureste, así como en las localidades rurales del país.
La población de cero a cinco años se ubica en nivel más alto de carencia en la mayoría de los derechos sociales, siendo la más alta la carencia por acceso a la seguridad social (59.3 por ciento) y la carencia por acceso a servicios de salud (45.9 por ciento).
Por su parte, los adolescentes de entre 12 y 17 años reportan la menor incidencia de pobreza (42.9 por ciento).
El 16.1 por ciento de quienes tienen ese rango de edad tienen rezago educativo, por falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar.
La pobreza de NNA es mayor respecto de la población adulta y afecta a prácticamente a uno de cada dos NNA, en tanto que tres de cada 10 personas mayores de 18 años viven en esta condición.
En el caso de la pobreza por ingresos, esta se presenta en más alta proporción entre NNA (54.4 por ciento), que en la población adulta (39.1 por ciento).
“Para mantener los esfuerzos de reducción de la pobreza, se requiere seguir ampliando los programas de protección social, especialmente aquellos dirigidos a hogares con NNA, además de extender esfuerzos de generación de empleos formales, acceso a salarios más altos y sobre todo mejorar la cobertura y la calidad de los servicios, tanto de salud como de educación”, se menciona en el documento.