Entre los 13 candidatos figura George Simion, el jefe del partido de extrema derecha AUR (Alianza por la unidad de los rumanos), que capitalizó el enfado de los rumanos empobrecidos por una inflación récord (10 por ciento en 2023, 5.5 previstos en 2024).
Los sondeos le dan entre un 15 y un 19 por ciento de los votos, lo que podría calificarlo para la segunda vuelta el 8 de diciembre. La llegada al balotaje de este hombre de 38 años, que suele dar discursos con tintes místicos y conspiranoicos, supondría un golpe fuerte en el país.
Rumania, de 19 millones de habitantes, resistió hasta ahora a las posturas nacionalistas de países como Hungría o Eslovaquia. Las elecciones, en ese sentido, son clave, aunque el cargo de presidente es sobre todo ceremonial.
El favorito, sin embargo, sigue siendo el actual primer ministro, el socialdemócrata Marcel Ciolacu, de 56 años. Los sondeos le otorgan un 25 por ciento de los sufragios.
Los colegios electorales abrieron a las 07H00 y cerrarán a las 21H00, cuando se publicarán los primeros sondeos a pie de urna.
Fan de Trump
Tras diez años de poder de Klaus Iohannis, ferviente partidario de Kiev e incansable defensor de los valores europeos, hay mucho en juego en estas elecciones.
Rumania, que comparte 650 km de fronteras con Ucrania y bordea el mar Negro, tiene un papel estratégico "clave" para la OTAN (alberga a más de 5 mil soldados) y para el tránsito del grano ucraniano, subraya el laboratorio de ideas New Strategy Center.
"La democracia rumana está en peligro por primera vez desde la caída del comunismo en 1989", declaró el politólogo Cristian Parvulescu a Afp. "La situación se ha complicado aún más" desde la victoria de Donald Trump en las elecciones estadunidenses.
Simion, que a veces lleva una gorra roja con las siglas de Trump, no oculta su admiración por el multimillonario y espera aprovechar este viento favorable para los ultraconservadores.
El político, que aboga por una Rumania "más patriótica", marca todas las casillas de una política nacionalista. Está en contra de la ayuda militar a Kiev, que le ha vetado por sus actividades "antiucranias", tacha a Bruselas de "burbuja corrupta" y se opone a los derechos LGTB+.
Si obtiene buenos resultados, su partido AUR debería beneficiarse de "un efecto contagio" en las elecciones legislativas del 1 de diciembre, que se celebra entre las dos vueltas de las presidenciales, predice Parvulescu.
Polémicas y ataques personales
La campaña presidencial se celebra en un contexto tenso y estuvo marcada por una serie de polémicas y ataques personales.
El líder de la extrema derecha fue acusado de haberse reunido con espías rusos, lo que él niega, mientras que el primer ministro está en el punto de mira por polémicos vuelos en jets privados.
Pero a pesar de su bajo índice de popularidad, Marcel Ciolacu, deseoso de proyectar la imagen de un hombre humilde y autodidacta, espera convencer a la gente con su mensaje de "estabilidad".
Su partido, heredero del antiguo Partido Comunista, lleva más de tres décadas marcando la vida política del país pese a sufrir varios escándalos de corrupción. Actualmente gobierna en coalición con los liberales del PNL.
En tercera posición está Elena Lasconi, una antigua periodista de 52 años y alcaldesa de centro-derecha de una pequeña ciudad. Podría dar la sorpresa.