Al pontífice, ingresado desde el pasado 14 de febrero con una neumonía bilateral, se le suministraron dos unidades de concentrado de glóbulos rojos que supusieron el aumento del valor de hemoglobina, añade el parte médico hecho público este domingo.
La trombocitopenia, es decir, el nivel bajo de las plaquetas que se le detectó el sábado, “se mantuvo estable”, explicaron las fuentes.
“Sin embargo -añadieron- algunos análisis de sangre muestran una insuficiencia renal inicial leve, actualmente bajo control”.
La terapia de oxígeno de alto flujo continúa a través de cánulas nasales, después de que este sábado el papa tuviese una crisis respiratoria.