Señaló que, actualmente, se concede a las familias reunificadas un permiso de permanencia humanitario en Estados Unidos, que les permite estar juntos nuevamente con sus hijos y vivir y trabajar legalmente en el país, pero es temporal.
Abogamos por que el Congreso proporcione ese estatus permanente que requiere acción legislativa”, afirmó Mayorkas en una entrevista con la radio.
La Casa Blanca dijo que apoyaba esa iniciativa.
Biden, que llegó al poder hace un año prometiendo una política migratoria “justa y humana”, creó el 2 de febrero de 2021 el grupo de trabajo para la reunificación de familias migrantes, que habían sido separadas durante la era Trump para desalentar los cruces fronterizos ilegales.
En junio, el grupo liderado por Mayorkas informó que había identificado 3 mil 913 menores separados de sus familias entre el 1 de julio de 2017 y el 20 de enero de 2021, cuando Biden asumió.
Además, dijo que revisaba otros mil 723 casos de separaciones, algunas ocurridas incluso desde enero de 2017.
De los 3 mil 913 identificados, mil 779 habían sido ya reunidos con sus familias durante el mandato de Trump.
Asimismo, siete fueron reunidos tras la creación del grupo y 41 estaban en vías de reunirse.
Otros mil 695 habían sido contactados, aunque aún no habían retornado con sus familias.
De 391 se desconocía el paradero.
“Cuando comenzamos nuestro grupo de trabajo hace un año, lo que encontramos fue la ausencia de registros de las familias separadas, o registros incompletos o inexactos, y nuestro primer desafío fue identificar realmente a las familias separadas”, dijo este miércoles Mayorkas.
“Hasta ahora hemos reunido a más de 120 familias. Estamos en proceso de reunificación de más de 400 y estamos presentes en los países de origen para contactar otras familias y animarlas a iniciar el proceso”, añadió.
El DHS estima que unas mil 200 familias migrantes siguen separadas.
La gran mayoría son centroamericanas, provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador, origen del creciente flujo de indocumentados detenidos en los últimos años en la frontera sur de Estados Unidos.
Biden, que consideró “criminales” las separaciones, dijo que apoyaba una compensación para las familias migrantes separadas, pero su gobierno abandonó el mes pasado las negociaciones con los abogados de las familias que presentaron demandas judiciales.
Los demandantes, que buscan indemnizaciones por lo que consideran daño psicológico, anunciaron que seguirán adelante con los litigios.