Este año hay una cantidad inusualmente alta de tarjetas de residencia estadunidense (green cards) para profesionales extranjeros, más del doble que hace unos pocos años. Eso es porque los consulados estadunidenses no estaban otorgando visas para familiares de ciudadanos estadunidenses y, por ley, esos cupos vacantes son transferidos a trabajadores elegibles.
Amy L. Erlbacher-Anderson, abogada de inmigración en Omaha, Nebraska, dice que ha visto una mayor demanda por enfermeros extranjeros en dos años que en toda su carrera de 18 años. Y este año, indicó, es más probable que trabajadores de ese sector reciban autorización para entrar a Estados Unidos, siempre y cuando los consulados puedan procesar todas las solicitudes.
“Tenemos el doble de la cantidad de visas de las que teníamos durante décadas”, destacó Erlbacher-Anderson.
“Eso ha creado una situación sumamente abierta”, añadió.
Los hospitales estadunidenses están agobiados por una escasez de enfermeros, luego que muchos profesionales, agotados por la pandemia, han renunciado o se han jubilado. Entretanto, los casos de coronavirus siguen oscilando, colocando bajo intensa presión al sistema de salud estadunidense. Solamente en California, hay una falta de 40 mil enfermeros, el 14 por ciento de la fuerza laboral, según un reporte reciente de la Universidad de California en San Francisco.
Los hospitales están tratando de llenar las vacantes con enfermeros itinerantes, pero eso puede resultar costoso. Y administradores de hospitales dicen que la cantidad de graduados de enfermería no es suficiente hoy en día para llenar todas las plazas vacías.
Algunos hospitales han estado trayendo enfermeros de las Filipinas, Jamaica u otros países de habla inglesa y más hospitales se están sumando a la tendencia. Y tanto los hospitales veteranos como los nuevos están tratando de aprovechar la abundancia de green cards antes de que concluya el año fiscal, en septiembre.
Usualmente, Estados Unidos otorga por lo menos 140 mil tarjetas de residencia para gente que viene al país de manera permanente para ejercer ciertas profesiones. La mayoría son otorgadas a personas que ya viven en el país con visas temporales, aunque algunas van a candidatos en el exterior. Este año, hay 280 mil green cards disponibles, y las empresas de salud esperan poder obtener algunas para poder contratar a enfermeros en hospitales agobiados por la pandemia.
El gobierno actual en Estados Unidos, bajo el presidente Joe Biden, ha estado tratando de revocar las políticas del gobierno anterior de Donald Trump que restringían la inmigración legal, y ha tomado medidas para ayudar a trabajadores extranjeros del sector salud para que puedan ayudar en la lucha contra la pandemia.
Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por sus siglas en inglés) dijeron que acelerarán la renovación de permisos de trabajo para trabajadores del sector salud, lo que podría permitir la permanencia de empleados extranjeros que ya se encuentran en el país. El Departamento de Estado el año pasado giró instrucciones a los consulados a darle prioridad a empleados destinados a entidades que luchan contra la pandemia, indicó un funcionario de esa agencia.
Faith Akinmade, una enfermera de 22 años de Nigeria, está entre lo que ansían una solución pronta. Tras ir a la universidad en Estados Unidos, Akinmade ha estado trabajando como enfermera en la unidad de cuidados intensivos en el Hospital Universitario de Louisville Hospital en Kentucky. Pero su permiso de trabajo vence en marzo. Ella señala que si no es aprobado, o si no recibe una tarjeta de residencia, no podrá permanecer en el cargo.
“En estos momentos, tengo fe de que a finales de marzo ocurra algo que me permita seguir trabajando”, comentó Akinmade.
Añadió que el asunto afecta no sólo al personal extranjero del hospital sino también a los estadunidenses, que tendrán que trabajar extra para cubrir sus turnos si sus documentos de inmigración no son aprobados.
La doctora Roxie Wells, presidenta del Cape Fear Valley Hoke Hospital en Raeford, Carolina del Norte, señaló que empezó a tratar de contratar a personal extranjero incluso antes de la pandemia, pero no fue sino hasta el año pasado que una cantidad mayor de candidatos empezaron a tener entrevistas consulares. Hasta el momento, unos 150 fueron aprobados pero faltan otros 75, dijo Wells.
“Obviamente esto se ha vuelto más necesario durante la pandemia. Si no hubiesen aprobado a esos 150, estaríamos en una situación sumamente precaria”, añadió.
La propagación de la variante ómicron en Estados Unidos ha agravado la situación en los hospitales ya que muchos trabajadores del sector salud, como en muchos otros, se han enfermado con esa cepa del virus altamente contagiosa y han tenido que ausentarse del trabajo justo cuando aumenta la cantidad de pacientes.
Sinead Carbery, presidenta del departamento de enfermería de AMN Healthcare, dijo que la demanda por enfermeros extranjeros ha aumentado en entre 300% y 400 por ciento desde que comenzó la pandemia. La cantidad de enfermeros extranjeros que pueden ser contratados en Estados Unidos, incluso con el aumento de las tarjetas de residencia, no será suficiente para satisfacer la demanda, y muchos hospitales están tratando de buscar más profesionales en el extranjero porque hay más visas de inmigración disponibles, indicó Carbery.
“Esta es una pequeña oportunidad”, expresó Carbery. “Debido a que todo está fluyendo tan bien, hay mucha competencia para contratar a ese talento”.
National Nurses United, un sindicato que representa a unos 175 mil enfermeros, ha pedido un mayor escrutinio del reclutamiento de enfermeros extranjeros para asegurarse de que ese personal no sufra de condiciones laborales inseguras. El gremio sostiene que hospitales estadunidenses ahuyentaron a enfermeros en Estados Unidos al tener un personal tan pequeño, y eso antes de que surgieran preocupaciones por la falta de protecciones durante la pandemia.
Michelle Mahon, subdirectora de asuntos de práctica de enfermería en el sindicato, señala que muchos enfermeros firman contratos de varios años, con lo que se les dificulta denunciar condiciones insalubres. Dijo que muchos hospitales donde gran cantidad de profesionales renunciaron durante la pandemia están ahora buscando mano de obra en el extranjero.
“Este tipo de dinámica en estos momentos es sumamente atractiva para empleadores que no han tomado ninguna medida de seguridad”, expresó Mahon. “En vez de solucionar el problema verdadero, lo que hacen es dar la vuelta y buscar una solución falsa”.
Administradores de hospitales, sin embargo, sostienen que simplemente en Estados Unidos no hay suficientes enfermeros para satisfacer la demanda. Patty Jeffrey, presidenta de la Asociación Estadunidense de Reclutamiento Internacional para el Sector Salud, dice que Estados Unidos debe ampliar los programas de educación de enfermería a nivel interno, y al mismo tiempo permitir el ingreso de más enfermeros del exterior. Pero reconoció que traer una cantidad mayor de enfermeros requerirá de nueva legislación.
“El teléfono no para de sonar, que necesitamos 100, que necesitamos 200 enfermeros”, contó Jeffrey.
Jorge Almeida Neri, un enfermero de 26 años de Portugal, llegó a Estados Unidos en diciembre, aunque empezó el proceso antes de la pandemia. Dice que un examen obligatorio de enfermería fue demorado por el virus y pasaron otros cuatro meses antes de que le dieron la entrevista consular, aunque otros enfermeros internacionales han tenido que esperar incluso más. Obtuvo su empleo actual, en un hospital de Virginia, hace aproximadamente un año con ayuda de una agencia de empleo.
“Una vez que recibí toda la certificación y empezó el proceso de inmigración, yo pensé, ’Esto va a ser rápido, pero me equivoqué”, cuenta Almeida Neri.
Añadió que muchos enfermeros portugueses buscan trabajo en el exterior debido a que en su país los sueldos son muy bajos, aunque muchos optan por ir a otros países de Europa, donde los trámites no tardan tanto.
Pese a la alta demanda, no hay garantía de que los hospitales lograrán obtener las visas necesarias. Greg Siskind, un abogado de inmigración, relató que los consulados oficinas no están obligados a entregar visas simplemente porque están disponibles, y se ven entorpecidos por límites al trabajo remoto y a las entrevistas por video. Explicó que la mayoría de las green cards profesionales van a personas que ya están en Estados Unidos, no en el extranjero, aunque esas podrían ser aceleradas también.
“Bajo las políticas actuales, si no hay cambios, será muy difícil”, dijo Siskind en referencia a la posibilidad de que Estados Unidos emita todas las visas disponibles, “pero hay muchas otras cosas que pueden hacer”.