"Considero que el asalto propuesto de la zona industrial no es apropiado. Ordeno anularlo", declaró Putin en un encuentro con su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, difundido por la televisión.
"Se tiene que pensar (…) en la vida de nuestros soldados y oficiales, no se tiene que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra", prosiguió. "Bloqueen toda la zona de tal forma que no pase ni una mosca", ordenó Putin.
El ministro Shoigu indicó que unos dos mil militares ucranios resisten en ese complejo, sin evocar el número de civiles.
Horas más tarde, el ministerio ucranio de Relaciones Exteriores pidió un corredor humanitario "urgente" para evacuar civiles de la gran acería de Azovstal, último reducto de resistencia en la ciudad portuaria.
Según Kiev, en el lugar hay cerca de mil civiles.
Después de aguantar casi dos meses de asedio y bombardeos, las últimas tropas ucranias están escondidas en la enorme fábrica de esa ciudad del mar de Azov, estratégica en el plan de Moscú de unir los territorios prorrusos del Donbás y la península de Crimea, ya anexada en 2014.
Los civiles, "refugiados en un gran número" en esta planta industrial, "no confían en las tropas" rusas, afirmó el ministerio ucranio en Twitter. "Es necesario un corredor humanitario urgente" con "garantías que la gente estará segura", añadió.
Los ultimátums lanzados por Rusia no han llevado a la rendición de los soldados ucranios. Uno de sus comandantes, Sviatoslav Palamar del batallón Azov, pidió "garantías" de seguridad a los países occidentales para dejar el recinto.