Mohamed Ag Ayoya, representante de Unicef en el país, pidió ayuda inmediata a la comunidad internacional para evitar que se propague una nueva epidemia de hambruna, y resaltó que esta crisis está afectando sobre todo a los recién nacidos, por lo que es necesario adoptar más medidas preventivas que paliativas.
“Por desgracia, la mayoría de estos bebés nacen desnutridos debido a las condiciones que sus madres atraviesan durante el embarazo”, comentó a la cadena afgana Tolo News al dar la nueva cifra.
En el hospital regional de la provincia de Paktia, donde se encuentra el campamento humanitario, sus responsables denuncian que el número de menores de edad desnutridos en la región aumentó 50 por ciento en los recientes tres meses, comparado con los tres años pasados, según el director del centro, Nematulá Zahir.
Según las estadísticas del hospital, la tasa de mortalidad de niños con desnutrición incrementó de 8 a 10 por ciento en comparación con el año pasado.
La ONG Save the Children alertó el lunes que 9.6 millones de niños y niñas pasan hambre a diario en Afganistán debido a la grave crisis económica, las consecuencias de la guerra en Ucrania y la fuerte sequía. Además, el ejército estadunidense finalizó en agosto de 2021 su retirada de Afganistán después de una misión de casi 20 años.
La organización estima que, aunque se prevé que 18.9 millones de niños, niñas y personas adultas necesiten ayuda alimentaria de junio a noviembre próximos, sólo hay fondos suficientes para ofrecer apoyo a 3.2 millones de personas.
La Organización de Naciones Unidas advirtió que cerca de 20 millones de afganos, casi la mitad de la población total del país asiático, se enfrenta a hambre aguda, según el análisis de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria.