Francia pondrá fin el 1 de agosto al régimen de emergencia sanitaria por COVID-19 y al pasaporte sanitario, según una propuesta de ley aprobada este martes. Sin embargo, la propuesta permite exigir un test negativo a los turistas que viajen al país.
“El texto ratifica el fin del estado de emergencia sanitaria y del régimen de salida, manteniendo las disposiciones mínimas necesarias para seguir protegiendo a los franceses”, aseguró el ministro de Salud, François Braun, antes de su aprobación por el Senado.
El documento, diferente al presentado por el Gobierno a los legisladores, pone fin a la posibilidad de recurrir a medidas como el confinamiento, el toque de queda o el uso obligatorio de mascarillas, a partir del 1 de agosto, para frenar la pandemia.
Francia eliminará también el recurso al pasaporte sanitario, que permitía el acceso de personas vacunadas a bares, restaurantes o cines, y que se suspendió en marzo salvo en hospitales, centros de salud y residencias de ancianos.
Los legisladores permiten, no obstante, que el Gobierno pueda exigir un test negativo a los mayores de 12 años que quieran entrar a Francia desde un país donde se haya detectado una variante peligrosa.
El Gobierno podrá imponer estas medidas hasta el 31 de marzo de 2023, por un plazo de dos meses. Si desea extender su duración, la Asamblea Nacional y el Senado deberán dar su visto bueno.