La primera dama, Jill Biden, acompañará al presidente en el viaje, que el miércoles continuará en Florida, para evaluar los daños causados por el huracán Ian.
Tanto Puerto Rico como Florida registraron numerosos fallecidos, cortes generalizados de electricidad, inundaciones peligrosas y considerables daños materiales a causa del paso de los huracanes recientes, primero Fiona y luego Ian.
Los Biden visitarán la ciudad de Ponce, en la costa sur de Puerto Rico, donde se reunirán con familias y líderes de comunidades afectadas por la tormenta y acudirán a centros de distribución de alimentos y otros suministros para los damnificados, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
A ellos se unirá la directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell.
Durante la visita, Biden anunciará la entrega de más de 60 millones de dólares en fondos "para reforzar los diques, fortalecer los muros contra inundaciones y crear un nuevo sistema de alerta de inundaciones para ayudar a Puerto Rico a estar mejor preparado para futuras tormentas", añadió la Casa Blanca.
Los Biden "reafirmarán su compromiso de apoyar al pueblo de Puerto Rico en cada paso del camino" hacia la recuperación, "durante el tiempo que sea necesario".
El sábado, durante un acto con el grupo de parlamentarios afroestadunidenses, el presidente declaró: "Debemos a Puerto Rico mucho más de lo que ya han recibido".
En Puerto Rico, al menos 25 personas murieron debido al huracán Fiona, según el departamento de salud de la isla.
Todo el territorio quedó sin electricidad y alrededor de un millón de personas se quedaron temporalmente sin agua corriente, cuando el potente ciclón de categoría 1 lo azotó a mediados de septiembre.
Biden decretó el estado de emergencia en la isla el 18 de septiembre.
Los habitantes --ciudadanos estadunidenses-- se quejaron de haber sido olvidados por Washington luego de otras catástrofes como los huracanes Irma y María en 2017.
Florida, donde el huracán Ian tocó tierra el miércoles como una tormenta de categoría 4, todavía está evaluando los daños, particularmente en su costa suroeste.
El balance confirmado de muertos a causa de Ian, una de las tormentas más poderosas que ha azotado Estados Unidos, se disparó a por lo menos 58 en Florida y cuatro en Carolina del Norte, y los rescatistas aún buscan sobrevivientes en los barrios inundados.
Después de que el huracán Katrina devastara Nueva Orleans y la costa del Golfo, el entonces presidente George W. Bush fue criticado por unas fotografías que lo mostraron evaluando los daños mientras sobrevolaba la zona del desastre.
Después, en una visita a Puerto Rico tras el paso del devastador huracán María en septiembre de 2017, el entonces presidente Donald Trump lanzó rollos de papel higiénico a los damnificados en un centro de recolección de suministros de ayuda, un gesto calificado por la alcaldesa de la capital, San Juan, de "insultante".