También hubo algunas interrupciones en las escuelas, ya que la huelga afectó principalmente al sector público. Los líderes sindicales esperaban que las y lo trabajadores se sintieran motivados por la decisión del Gobierno de obligar a algunos de ellos a volver a trabajar en los depósitos de gasolina para intentar que el combustible volviera a fluir.
Una decisión que, según algunos, pone en peligro el derecho a la huelga. Pero una encuesta de Elabe para BFM TV mostró que solo 39% del público apoyó el llamado de este martes a una huelga nacional, mientras que 49% se opuso.
La huelga de los trabajadores de las refinerías se ha convertido en uno de los desafíos más duros del presidente Emmanuel Macron desde su reelección.
El portavoz del Gobierno, Olivier Veran, dijo que la solicitud de más personal para las refinerías podría ocurrir durante el día, ya que las colas de automovilistas preocupados por la interrupción del suministro crecen en las estaciones de servicio.