"Según las informaciones de las que disponemos, dos organizaciones ucranias tienen instrucciones específicas para crear la denominada 'bomba sucia'", declaró en un comunicado el teniente general Igor Kirillov.
"Su trabajo entró en la fase final", añadió el alto cargo, responsable en el ejército ruso de las radiaciones, productos químicos y biológicos.
La afirmación de Rusia se produce al día siguiente de unas llamadas entre el ministro de Defensa ruso, Sergéi Shoigu, y sus homólogos de varios países de la OTAN, en las que expresó sus preocupaciones por el posible uso por Ucrania de una "bomba sucia" en su propio suelo.
Una "bomba sucia" no es un artefacto nuclear sino una bomba convencional envuelta en materiales radioactivos destinados a ser diseminados en forma de polvo durante la explosión.
Según Kirillov, "el objetivo de esta provocación es acusar a Rusia de utilizar armas de destrucción masiva en Ucrania y lanzar así una potente campaña antirrusa en el mundo.
Las acusaciones de Moscú fueron rechazadas de inmediato por Kiev y sus aliados.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, insistió en que las inculpaciones eran "absurdas" y "peligrosas". El presidente Volodimir Zelenski pidió por su parte a sus aliados occidentales responder de manera "más dura posible".