Salustiano Giménez, adolescente de la comunidad wichí de Misión Nueva Pompeya, desapareció el 12 de febrero. Las autoridades realizaron varios operativos y detuvieron a un sospechoso, pero hasta ayer se desconocía su paradero.
Los pobladores llegaron a la comisaría para exigir celeridad en la investigación; irrumpieron en el edificio e hicieron destrozos. La policía los enfrentó con gas lacrimógeno y balas de goma, mientras los inconformes lanzaron piedras y otros objetos, lo que provocó los arrestos y los lesionados, informó el portal Enfant Terrible.
Desde el movimiento indígena local afirmaron que no han podido ubicar a los detenidos y temen por la integridad de sus dirigentes, en particular del presidente de la asociación comunitaria de Nueva Pompeya, Mario Ledesma: “Hay 20 detenidos de los que no sabemos su paradero. La abogada Carolina Aquino presentó un habeas corpus. Tememos por la vida de nuestros dirigentes, resistimos la represión cientos de compañeros en las calles, la mayoría mujeres y jóvenes luchando barrio por barrio”.
La madre del joven desaparecido, Rosa Ángeles Campos, en idioma wichí, pidió: “solamente entreguen a mi hijo, ya sea vivo o muerto, los policías tiraron gases lacrimógenos cuando fui a reclamar y no pude ver nada durante más de 5 minutos, sólo quiero que entreguen a mi hijo y la comunidad se quedará tranquila”.