Xi fue recibido con todos los honores a su llegada hacia las 10 horas GMT al aeropuerto internacional de Vnukovo de Moscú, según imágenes retransmitidas por las televisiones rusas.
El mandatario chino afirmó que esta visita de tres días a Rusia dará un "nuevo impulso" a las relaciones entre Pekín y Moscú, en unas declaraciones publicadas por las agencias de noticias rusas.
China está "dispuesta a mantenerse firmemente al lado de Rusia" en aras de un "verdadero multilateralismo" y de una "multipolaridad en el mundo", agregó.
Según el Kremlin, Xi y Putin, que mantendrán un encuentro informal el lunes y discusiones oficiales el martes, hablarán sobre el plan propuesto el mes pasado por Pekín para resolver el conflicto con Ucrania.
Tras haber participado en la reciente reconciliación diplomática entre Arabia Saudita e Irán, Pekín quiere posicionarse como mediador en Ucrania.
Para Pekín y Moscú se trata sobre todo de mostrar la fuerza de su relación, en momentos en que los dos países enfrentan tensiones con las potencias occidentales.
Para Putin, cada vez más aislado a nivel internacional, la visita de Xi es especialmente importante, máxime cuando la Corte Penal Internacional (CPI) emitió la semana pasada una orden de arresto en su contra por "crímenes de guerra" en Ucrania.
"Espero trabajar con el presidente Putin para adoptar conjuntamente una nueva visión" en las relaciones, escribió Xi en un artículo publicado el lunes en la Gaceta Rusa y divulgado también por la agencia estatal china Xinhua.
Es "un viaje de amistad, cooperación y paz", añadió.
Putin, por su lado, aplaudió "la voluntad de China de tener un papel constructivo en la resolución" del conflicto y estima que "las relaciones ruso-chinas alcanzaron su punto más alto", en un texto publicado el lunes en un diario chino.