La tasa de mortalidad en la ciudad de 21.84 millones de habitantes, uno de los centros urbanos más poblados del país, ascendió a 5.72 muertes por cada mil habitantes, mientras que la de natalidad descendió a 5.67 nacimientos por cada mil habitantes, mostraron las estadísticas oficiales publicadas por el Gobierno de Pekín.
El descenso de la población de Pekín estuvo en consonancia con la tendencia nacional, ya que la población china disminuyó en 2022 por primera vez en seis décadas, lastrada por el aumento del costo de la vida, especialmente en las grandes ciudades en expansión como Pekín, el débil crecimiento económico y el cambio de actitud respecto a la formación de una familia.
A principios de diciembre, el levantamiento en todo el país de las estrictas restricciones relacionadas al covid-19 desencadenó una oleada de infecciones y causó un número indeterminado de muertes.
El crecimiento natural de la población de Pekín fue de menos 0.05 por cada mil habitantes el año pasado.
Los datos se basan en una encuesta por muestreo que comenzó el 1 de noviembre, según una nota a pie de página del comunicado, que no especifica cuánto tiempo duró.
La tasa de natalidad de China el año pasado fue de 6.77 nacimientos por cada mil personas, la más baja registrada, mientras que la tasa de mortalidad del país, la más alta desde 1974, fue de 7.37 muertes por cada mil personas.