Volker Perthes dijo que más de mil 800 personas han sido heridas en la violencia que estalló la madrugada del sábado.
Las fuerzas armadas sudanesas y un grupo paramilitar conocido como las Fuerzas de Apoyo Rápido han estado combatiendo con armas pesadas e incluso con aviones en la capital Jartum y otras localidades. Hay civiles que se han visto atrapados en el fuego cruzado y muchos han optado por no salir de sus casas.
Las milicias rivales han estado luchando con ametralladoras largas, tanques y artillería. Aviones de combate sobrevolaban la zona y los disparos de baterías antiaéreas iluminaban el cielo al caer la noche.
Hay gran cantidad de cadáveres en las calles en Jartum a los que nadie puede llegar debido a la violencia, dijo Atiya Abdalla Atiya, secretario del Sindicato de Médicos de Sudán, que lleva la cuenta de las bajas. No ha habido un parte oficial sobre la cantidad de combatientes caídos.
El repentino estallido de violencia entre los dos máximos generales del país, cada uno respaldado por decenas de miles de combatientes, dejó a millones de personas atrapadas en sus viviendas o donde pudieran conseguir refugio, pese a que empezaban a escasear los suministros en muchas zonas. Diplomáticos de cuatro continentes intentaban lograr una tregua, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá próximamente para discutir la crisis.
“Hay disparos de ametralladoras y de artillería por doquier”, expresó Awadeya Mahmoud Koko, líder de un sindicato de vendedores de té y otros tipos de comida, desde su vivienda en un distrito en el sur de Jartum.