El ex marine de 33 años, nieto de un minero de carbón de Virginia Occidental, está haciendo campaña para ganar la nominación del Partido Demócrata como candidato al Senado federal de este estado que durante un siglo dependió económicamente del carbón. Demócratas y sindicatos mineros gobernaron este estado durante gran parte del último siglo, con una historia de luchas sangrientas, pero que resultaban en los gremios ganando contratos con alzas salariales para sus integrantes.
Pero este país, y varias partes del mundo, ya no desean generar energía con carbón por razones ambientales, y las pocas minas aún activas ahora son altamente mecanizadas. Hoy día, Virginia Occidental es uno de los tres estados más pobres de Estados Unidos, la tasa de desempleo está muy por encima del promedio nacional y una mayoría de su electorado favoreció a Donald Trump en las últimas dos elecciones. La población aquí es una buena representación de la clase trabajadora blanca, pro sindical, que ha atestiguado la desaparición de sus empleos y el deterioro de sus condiciones económicas, y que con ello se han movilizado a favor de Trump en respuesta a su mensaje de que él rescatará al país para regresarlo a como era antes.
El senador de este estado que está por jubilarse y que Shrewsbury espera sustituir es un demócrata conservador dueño de una empresa de carbón que, a pesar de pertenecer al partido, frecuentemente ha obstaculizado a las prioridades de los demócratas. El senador Joe Manchin ha decidido jubilarse, en parte porque por primera vez había dudas sobre si lograría relegirse esta vez. En Washington y Virginia Occidental se supone que un demócrata tradicional no podrá ganar una elección al Senado.
Shrewsbury no es nada tradicional. En entrevista con La Jornada, empieza su argumento de por qué espera ganar señalando que el senador socialista Bernie Sanders le ganó a Hillary Clinton en la elección primaria del Partido Demócrata en este estado en 2016. La gente en Virginia Occidental no es necesariamente republicana. Son pro Trump, pero uno se tiene que preguntar, ¿por qué?, comenta, y señala que también eran pro Bernie, y aquí, Bernie ganaba en las encuestas a Trump (Sanders no fue el candidato presidencial demócrata en 2016). Los de Virginia Occidental están desesperados por que alguien los escuche, agrega Shrewsbury.
Yo no pienso si Estados Unidos es de derecha o de izquierda. La clase trabajadora aquí está desesperada, igual que en tantas partes del mundo. Están atrapados en sus chambas de 9 a 5 (horario laboral) con sus bajos salarios, comenta en la entrevista frente a la legislatura estatal. La pobreza no tiene partido político. Estás viendo que tus carreteras se están deshaciendo, que no puedes pagar tus cuentas, que no puedes poner comida sobre tu mesa, y todos los ricos de este estado no lo entienden, pero yo sí.
Shrewsbury, quien hizo la preparatoria en el condado más pobre del estado, dice que por mucho tiempo la mayoría de los políticos no se han preocupado por los votantes, ni han hecho mucho en sus campañas. En un acto comunitario reciente, Shrewsbury habló sobre cómo el agua potable ha sido contaminada por desechos industriales, reconoció que había más republicanos que demócratas en el público, pero al final, todo mundo se puso de pie y aplaudía, tan sólo porque se presentó, mientras ninguno de los otros candidatos se tomarán la molestia de presentarse. Por lo tanto, salió de ahí conquistando a más simpatizantes.
¿Puede ganar? John Christensen, empresario que invierte en industrias solares, reconoce que Shrewsbury no la tiene nada fácil. “Es una batalla cuesta arriba, pero es un marine”, comentó en entrevista, dejando claro que es posible. Pam Garrison, mesera jubilada, indicó que el mensaje de Shrewsbury resuena entre mucha gente aquí. Las empresas de carbón, indicó, hicieron fortunas, pero invirtieron muy poco en este estado. Ahora las minas están cerradas, y la gente sólo se queda con el agua que no puede beber, el aire envenenado y la falta de desarrollo económico a largo plazo.
Estoy aquí con un mensaje de esperanza y también con un mensaje de ira. Estoy cansado de que Virginia Occidental esté olvidada. Somos como la Ucrania de Estados Unidos. La gente viene aquí, toma nuestros recursos, no nos pagan casi nada, y se van dejándonos sin empleo. Así ha sido durante décadas, declara Shrewsbury. Agregó: hemos producido la energía del pais durante generaciones, nos han explotado, se han aprovechado de nosotros, hemos sido manipulados, y nada nos han dado de regreso. El candidato afirma que Virginia Occidental podría atraer industrias que fabrican paneles solares, remolinos de viento, y mucho más, pero que los políticos siguen encadenados al carbón.
El mensaje del ex marine no se limita a asuntos económicos. En un fin de semana reciente, su última cita del día fue una sesión educativa de dos horas sobre Gaza en una mezquita local. Seis ponentes describieron la historia de la lucha palestina ante un público de unos 250 que incluía cuatro integrantes del concilio de la ciudad. Shrewsbury no pide la palabra, pero en un momento los organizadores le solicitan que se ponga de pie y reconocen que es el primer político en Virginia Occidental en llamar por un alto el fuego inmediato.
También se declara a favor de derechos laborales, acceso a servicios de salud para todos, reforma penal, libertad sexual y reproductiva, así como vivienda segura y accesible. Un reportero pregunta sobre inmigración –un tema siempre controversial aquí y en otras partes del país. México no es el origen de estos problemas, mucho de eso es el resultado de nuestra política exterior.
Cuando un reportero señala que la mayoría de los analistas políticos dicen que un demócrata no puede ganar hoy día en Virginia Occidental, Shrewsbury respondió: si juegas a la política tradicional aquí, ganarán los republicanos. No estoy haciendo eso, estoy tomando un camino muy diferente. No estoy siguiendo el libro de reglas, y eso está asustando a muchos demócratas. Partidos políticos no necesariamente importan mucho en este estado. Jim Justice, el actual gobernador y probable candidato republicano para ese mismo escaño en el Senado, ganó la gubernatura como demócrata, sólo para cambiar su afiliación partidista a republicano un año después.
Shrewsbury argumenta que se requiere de un nuevo tipo de campaña política aquí. “Tiene que ser de abajo hacia arriba, con toda la organización sobre el terreno. Tenemos que impulsar socialistas para todos estos puestos estatales, también batallar con la maquinaria política de arriba porque ahí esta todo el dinero. La maquinaria arriba controlando a todos, es la que mantiene la bota sobre el cuello de la gente. Lo más que pueden aflojar esa bota… al final esa bota se quitará un día”.