La jornada electoral dejo un resultado histórico para las fuerzas independentistas, con un empate entre ambas y situadas en la cúspide del escalafón: el Partido Nacionalista Vasco (PNV), con 27 escaños y 30 mil votos más, y EH-Bildu, también con 27 escaños, lo que representa cerca del 70 por ciento de la ciudadanía vasca.
El Parlamento vasco tiene una clara mayoría independentista con 54 de los 75 diputados, al que se puede añadir al diputado de Sumar, una formación de izquierda que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos. El resto de los grupos, el Partido Socialista de Euskadi (PSE), tiene 12 diputados, mientras que el bloque de la derecha españolista únicamente suman ocho escaños, siete del Partido Popular (PP) y uno de Vox.
A pesar de la amplía mayoría independentista, el PNV reeditará su acuerdo de gobierno con el PSE, con el que aspiran a mantener el poder que han tenido casi de forma ininterrumpida las últimas cuatro décadas y seguir desarrollando el estatuto de autonomía de Gernika, a la espera de transferir algunas competencias más. De hecho, el líder del PNV y candidato, Imanol Pradales, ya está negociando con su homólogo socialista, Eneko Andueza, la composición del futuro Ejecutivo, que contará con una vicepresidencia socialista y varias consejerías.
De ahí que la lectura de Otegi sea diferente. Habla de una nueva época en la que se tiene que asumir el mandato de la ciudadanía vasca, que reclama abrir la puerta al “derecho a decidir”, es decir a la celebración de un referendo de independencia para separarse definitivamente del Estado español. “55 de los 75 diputados del Parlamento vasco decimos que Euskadi es una nación con derecho a decidir”, señaló Otegi, quien insistió en que “las cosas han cambiado, ya venían cambiando y ayer se corroboró que el cambio ya está aquí. Aquellos que decían que la izquierda abertzale (patriótica) no tenía futuro se estaban equivocando”.
Otegi, líder histórico de la izquierda separatista y uno de los artífices del proceso de pacificación del histórico conflicto que culminó con la disolución del grupo armado ETA, añadió que “el país ha puesto a cada partido en su sitio, es la gente la que pone a los partidos en su sitio, y ayer lo hizo. Y pide un cambio en el modelo de gobernanza hacia políticas más abertzales y más de izquierda. ¿Va a haber suma abertzale? ¿Va a haber una suma de izquierdas? ¿O vamos a ir a gobiernos de resta? Hay que ser coherentes y respetar el mandato popular”.