El actual alcalde, Ricardo Nunes, del Movimiento Democrático de Brasil (MDB) (apoyado por Bolsonaro) obtuvo el 29.5 por ciento de los votos, frente al 29 por ciento de Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), apoyado por Lula.
Quedó fuera, por un estrecho margen, el candidato Pablo Marçal, que obtuvo el 28.15 por ciento de los apoyos.
Nunes era vicealcalde cuando falleció el anterior alcalde de São Paulo, Bruno Covas, y accedió al mando de la ciudad por accidente, por lo que nunca se había enfrentado al voto de los paulistanos.
Con escaso carisma y una popularidad bastante baja, el alcalde emprendió un viaje desde el centroderecha a la ultraderecha para acercarse a Bolsonaro y lograr su apoyo en la carrera electoral.
Bolsonaro le apoyó muy tímidamente, mientras las encuestas mostraban que buena parte de los electores bolsonaristas preferían votar a Marçal, que supone una amenaza para el monopolio de la extrema derecha del que hasta ahora gozaba el ex presidente.
A pesar de haber quedado fuera de la decisión final, Marçal fue la gran novedad de esta campaña electoral; el ex coach dominó los debates en televisión con sus provocaciones e insultos a otros candidatos y gracias a su buen dominio de las redes sociales.
Logró darse a conocer rápidamente entre el electorado más conservador en busca de opciones más radicales y alejadas de la política tradicional.
Boulos, en la actualidad diputado federal, tiene una trayectoria marcada por su militancia en movimientos sociales en defensa de la vivienda digna, como el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), lo que sus adversarios han usado para azuzar el miedo al comunismo y a la invasión de la propiedad privada.
El líder de la izquierda en São Paulo aparecía como ligeramente favorito en todas las encuestas (que daban prácticamente un empate entre los tres primeros candidatos), pero sin embargo fue superado por Nunes por menos de 40 mil votos (en São Paulo votaron nueve millones de personas).
El actual alcalde y Boulos se volverán a enfrentar el 27 de octubre y a priori Nunes parte como favorito, porque recibirá el apoyo de los electores de extrema derecha de Marçal y de otros candidatos conservadores menos votados.
Boulos, en cambio, sólo podrá recurrir a los que votaron a la otra candidata progresista, Tabata Amaral, de centro-izquierda, que tuvo apenas el 9.9 por ciento de los votos.