Con pocas pertenencias en bolsas y mochilas, unas 500 personas salieron de la gran terminal de transporte de San Pedro Sula, 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa, rumbo a Corinto, frontera con Guatemala.
La madrugada de ayer, salieron caminando 100 migrantes por la orilla de la carretera, bajo un sol intenso.
“Le pedimos a Dios y al gobierno hondureño, ya que estamos en territorio hondureño todavía, por favor nos acompañe hasta la frontera con Guatemala, que no nos pongan retenes”, imploró Ovaldo. “Vamos sin recursos prácticamente, al gobierno guatemalteco, si lo está viendo, que por favor nos dejen pasar, no deseamos estar estorbando en ninguno de esos países, deseamos seguir nuestra caminata” agregó.
A los hondureños se sumaron nicaragüenses, haitianos, venezolanos y africanos que cruzan diferentes fronteras por puntos ciegos, caminando hacia Estados Unidos en una corriente migratoria interminable, aunque la inmensa mayoría no logra cruzar desde México.
La anterior caravana de unas 7 mil personas salió en enero del 2021. Fue desarticulada en Guatemala, al ser atacada con palos y gases lacrimógenos por cientos de soldados, por lo que el contingente en movilidad tuvo que regresar a Honduras.
Una docena de caravanas han emprendido la marcha desde octubre de 2018 en San Pedro Sula. La mayoría ha fracasado por los bloqueos de las autoridades estadunidenses. Los migrantes aducen falta de oportunidades para tener una vida digna en sus países de origen, la violencia de los narcotraficantes y pandilleros que los flagelan en sus comunidades y los fenómenos naturales, como inundaciones y sequías.
En tanto, las autoridades guatemaltecas confirmaron que llegaron al país tres vuelos con 332 migrantes deportados por Estados Unidos y México, entre los que se encuentran varios menores.
En el primer avión–todos ellos de la Fuerza Aérea de Guatemala– viajaban 114 personas, 93 hombres y 21 mujeres procedentes de México, así como una veintena de menores. En el segundo vuelo, procedente de McAllen, Texas, llegaron 28 adultos y 34 menores.
Un total de 134 personas han sido deportadas en un tercer vuelo.