La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó por consenso la resolución que obliga a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad a que justifiquen su recurso al veto, una reforma relanzada a raíz de la invasión rusa hacia Ucrania.
La medida afecta directamente a China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia al ser los únicos países con derecho a veto y fue promovida por Liechtenstein para hacerles pagar un precio político más alto cuando recurran al veto.
Algunos países podrán presionar a Estados Unidos a que justifique su veto en las iniciativas relacionadas con Israel.
Por otro lado, Washington podría someter a voto en el Consejo de Seguridad, un proyecto de resolución que refuerce las sanciones contra Corea del Norte, en discusión desde hace varias semanas, pese a que sabe que tanto Moscú como Pekín lo vetarán.
Casi un centenar de países copatrocinaron el texto propuesto por Liechtenstein, entre ellos, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, así como el conjunto de los países miembros de la Unión Europea (UE). Ni Rusia ni China suscribieron el texto.
Rusia en la mira
El embajador de Liechtenstein, Christian Wenaweser, dijo que el texto “no está dirigido contra Rusia”, mientras que para Estados Unidos, Rusia abusa de su derecho a veto desde hace dos décadas y el texto propuesto pretende remediarlo.
“La resolución quiere promover el papel de Naciones Unidas, el multilateralismo y la voz de todos nosotros, que no tenemos derecho a veto y no nos sentamos en el Consejo de Seguridad, sobre cuestiones de paz y seguridad internacional”, dijo Christian Wenaweser.
El texto, dijo, no es vinculante y nada obliga a que un país que haya ejercido su derecho a veto acuda a la Asamblea General a dar explicaciones.
Además de sus cinco miembros permanentes, el Consejo de Seguridad cuenta también con 10 miembros elegidos por periodos de dos años, sin derecho a veto.
Entre los copatrocinadores de la resolución figuran, además de Ucrania, Japón y Alemania, dos de los países que aspiran a un sillón permanente en un eventual Consejo de Seguridad.
Pero ni Brasil, que recordó que el veto puede ser útil para garantizar la paz, ni India, otros aspirantes a una posición permanente en el Consejo, lo copatrocinaron.