En comunicados separados, las compañías de petróleo Sinopec y PetroChina, aseguraron que están iniciando los trámites para una “retirada voluntaria” de la Bolsa de Nueva York.
La retirada se produce en un contexto de tensión creciente entre Pekín y Washington por la visita de la semana pasada a Taiwán de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, dado que China reclama esa isla como parte de su territorio.
Pekín reaccionó a la visita y realizó ejercicios militares de una amplitud sin precedentes alrededor de la isla autónoma. Igualmente, el Ejecutivo chino suspendió la cooperación con Washington en ámbitos como el cambio climático o el combate contra el narcotráfico.
Las cinco compañías figuraban precisamente en una lista de empresas publicada por el regulador norteamericano, la SEC, amenazadas de ser retiradas de Wall Street en caso de no cumplir con los nuevos requerimientos de auditoría, en vigor desde finales del año pasado.
Las cinco empresas anunciaron en comunicados separados que esperan poner fin a su cotización en Wall Street a inicios de septiembre. Todas ellas argumentaron su decisión señalando el coste de mantener la cotización en Estados Unidos, así como el peso de cumplir con las nuevas obligaciones de auditoría.
En 2020, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que apuntaba específicamente a las empresas chinas, en virtud de la cual la Junta de Supervisión de Contabilidad de Empresas Cotizadas (PCAOB, una organización sin ánimo de lucro creada por el propio Congreso) debe tener la posibilidad de inspeccionar auditorías de firmas extranjeras cotizadas en Estados Unidos.
Las empresas de China y Hong Kong son conocidas por no enviar sus informes financieros a auditores con licencia en Estados Unidos.
En la lista de más de 250 empresas bajo riesgo de quedar fuera de cotización en Estados Unidos está el gigante chino del comercio electrónico Alibaba.
El regulador bursátil chino comentó a su vez que la decisión de retirarse de Wall Street fue tomada por las cinco empresas en base a sus “propios criterios de negocio”.
La retirada “no afectará el continuado uso por parte de las empresas de mercados de capitales domésticos y extranjeros para la financiación y el desarrollo” de sus actividades, añadió el regulador chino en un comunicado.