Previamente, en un comunicado, se dio a conocer que sus doctores habían estado “preocupados” por su salud, por lo que recomendaron que fuera puesta bajo supervisión médica en su castillo escocés de Balmoral.
“Tras una nueva evaluación, los médicos de la reina están preocupados por la salud de su majestad y han recomendado que permanezca bajo vigilancia médica”, afirmó.
Al saberse la noticia, los miembros más cercanos de su familia fueron informados de su estado, precisó la agencia de noticias británica PA.
El ahora rey y su hijo mayor, Guillermo, de 40 años, viajaron a Balmoral, a unos 800 kilómetros al norte de Londres, para estar con la monarca. También viajaron sus otros hijos: Eduardo, Ana y Andrés.
Asimismo, el príncipe Harry, duque de Sussex, voló a Aberdeen y desde ahí se desplazó a Balmoral.
Cientos de personas comenzaron a reunirse afuera de Palacio de Buckingham desde que se difundió información del delicado estado de salud de la reina.
El martes, la monarca recibió en Balmoral al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora a la cabeza del Partido Conservador, Liz Truss, a la que encargó formar Gobierno como nueva líder de la mayoría parlamentaria.
La reina Isabel II se trasladó a su residencia en Balmoral, Escocia, desde el mes de julio. Por primera vez en su largo mandato, la monarca decidió permanecer en este castillo escocés, en lugar de trasladarse a Londres, donde suele tener lugar la transición de un cargo, debido a los problemas de salud que ya venía presentando.