“Cada una de las personas en esta sala sabe que la educación transforma vidas, economías y sociedades, pero también sabemos que debemos transformar la educación porque está en una profunda crisis”, dijo en una sala llena de asistentes a la cumbre.
Sin embargo, señaló que el mundo no superará esta crisis, ahondada por la pandemia de COVID-19, “haciendo más de lo mismo, más rápido o mejor”.
Asimismo, Guterres añadió que es hora de transformar los sistemas educativos, que potencien el desarrollo individual y permitan a las personas a aprender con el foco en la solución de problemas y la colaboración.
Que contribuyan a discernir, en tiempos de desinformación rampante, las teorías conspiracionistas sobre el cambio climático y los ataques a los ataques a los derechos humanos
enfatizó.
Haciéndose eco de un informe de la Comisión Internacional sobre el futuro de la Educación que critica que los sistemas actuales favorecen la competición por los títulos, aseguró que los currículos están anticuados y no tienen en cuenta el aprendizaje continuado, los profesores están mal formados, desvalorizados y mal pagados y la tecnología deja de lado a los estudiantes más pobres.
Además, recordó que la educación debe proporcionar las bases para el aprendizaje, desde la lectura, la escritura, desde las matemáticas a la ciencia, la tecnología digital y las habilidades sociales y emocionales, así como desarrollar la capacidad de los estudiantes a adaptarse a un mundo laboral en rápida transformación y hacer hincapié en la necesidad de trabajar juntos y responsabilizarnos con los demás y con el planeta.
Para ello se necesita financiación, la inversión más importante que un país puede hacer en su población y su futuro, dijo, y un gran impulso mundial contra las desigualdades.
En este sentido, Guterres mencionó que el fondo que pretende movilizar por 10 mil millones de dólares, será para ayudar a 700 millones de menores de países en desarrollo para acceder a una educación de calidad.
En torno a 70% de niños de 10 años en los países pobres no son capaces de leer un texto básico, pero incluso en los países desarrollados, los sistemas educativos están ampliando las desigualdades, en vez de reducirlas, advirtió tras arremeter contra el sistema talibán en Afganistán que ha expulsado a las niñas de las escuelas y universidades.