La policía antidisturbios disparó contra al menos un vecindario en Sanandaj, la capital de la provincia iraní de Kurdistán, mientras Amnistía Internacional y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca criticaban la violencia contra los manifestantes por la muerte de Mahsa Amini.
Asimismo, algunos trabajadores petroleros se unieron el lunes a las protestas en dos complejos de refinería clave, vinculando por primera vez a una industria importante para la teocracia de Irán con los disturbios.
Los trabajadores reclamaron otra protesta en la crucial ciudad petrolera de Abadan y otros también convocaron protestas.
El Gobierno de Irán insiste en que Amini no fue maltratada, pero su familia dice que su cuerpo mostraba moretones y otros signos de golpes.