Este nivel de 60 por ciento está muy por encima de la cota de 3.67 por ciento fijada por el acuerdo de 2015 para evitar que Irán se hiciera con un arma atómica.
La fabricación de una bomba nuclear requiere un nivel de enriquecimiento de uranio del 90 por ciento.
Bajo el acuerdo Irán también aceptó congelar las actividades de enriquecimiento en la planta de Fordo, que está a unos 180 kilómetros al sur de Teherán y fue construida de forma subterránea para protegerla de cualquier bombardeo o ataques con misiles de un país enemigo.
"La producción de uranio enriquecido al 60 por ciento comenzó en Fordo el lunes", anunció el martes el director de la Organización Iraní de Energía Atómica, Mohammad Eslami, citado por la agencia de prensa ISNA.
"Nosotros advertimos que las presiones políticas no cambiaban nada", agregó el funcionario.
Irán siempre ha negado que sus actividades nucleares tengan como objetivo desarrollar una bomba e insiste que su programa tiene fines civiles.
Irán se comprometió a restringir sus actividades en el acuerdo internacional y a cambio las grandes potencias relajaron las sanciones impuestas a Teherán por su programa nuclear.
Pero este acuerdo se tambalea desde 2018 cuando Estados Unidos se retiró unilateralmente durante el gobierno de Donald Trump y restableció las sanciones contra Irán.