El tribunal dejó en libertad a otros tres sospechosos hasta que se celebre el juicio y ordenó la deportación de 29 personas detenidas por la policía en relación con el incidente, informó la Agencia Anadolu.
La explosión del 13 de noviembre tuvo como objetivo la bulliciosa avenida Istiklal de Estambul, una calle muy popular repleta de tiendas y restaurantes, y dejó seis muertos, incluyendo dos menores. Más de 80 personas resultaron heridas.
El incidente fue un crudo recordatorio de los atentados registrados en ciudades de todo el país entre 2015 y 2017, que socavaron la sensación de seguridad de la población.
Las autoridades turcas atribuyeron el ataque al ilegalizado ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), así como a grupos kurdos sirios afiliados. Los grupos insurgentes han negado su implicación.