El 6 de diciembre de 1922, los legisladores irlandeses se reunieron para jurar lealtad al rey inglés Jorge V como territorio perteneciente al imperio británico, aunque el debate en la cámara subrayó que lo hacían bajo coerción.
Fue una de las múltiples concesiones hechas en el tratado angloirlandés de 1921, que puso fin a tres años de guerra por la independencia.
Entre ellas también figuró la separación de seis condados de mayoría protestante, en la jurisdicción de Irlanda del Norte, que quedaron bajo el control del Reino Unido hasta el día de hoy.
Un día después del nacimiento del Estado libre, el legislador Sean Hales fue asesinado por opositores al tratado cuando salía de comer en un céntrico hotel de Dublín.
En rápida y brutal represalia, el nuevo gobierno irlandés ejecutó a cuatro presos contrarios al tratado, sin cargos ni justificación.
El escritor irlandés James Joyce captó el estado de ánimo de aquella descarnada guerra civil cuando en su novela "Ulises", publicada ese año, escribió: la Historia es "una pesadilla de la que intento despertar".