En un encuentro con veteranos de guerra, Putin dijo que Moscú intentó durante mucho tiempo negociar un acuerdo para poner fin al conflicto en el Donbás, el corazón industrial ucranio, donde separatistas respaldados por Rusia combaten a las fuerzas ucranias desde 2014.
"Las operaciones de combate en gran escala con armas pesadas, artillería, tanques y aviación continúan en el Donbás desde 2014", dijo Putin. “Lo que hacemos hoy como parte de la operación militar especial es tratar de detener esta guerra. Este es el significado de nuestra operación: proteger a la gente que vive en esos territorios”.
Putin reiteró que Rusia había intentado negociar un acuerdo pacífico antes de enviar sus tropas, pero “nos engañaron y embaucaron”.
Habló del este de Ucrania como “territorios históricos” de Rusia y añadió que Moscú aceptó su pérdida tras la caída de la Unión Soviética en 1991, pero que se vio forzado a tomar medidas para proteger a la población rusoparlante.
Putin ha dicho que su decisión de invadir Ucrania el 24 de febrero se debió a la necesidad de proteger a la población rusoparlante y realizar la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania para impedir que se convirtiera en una amenaza para Rusia. Ucrania y sus aliados occidentales sostienen que esos argumentos buscan encubrir un acto de agresión no provocado.
Putin visitó San Petersburgo en el 80 aniversario de la derrota del asedio nazi a la ciudad por el Ejército Rojo el 18 de enero de 1943.
El sitio de la ciudad llamada entonces Leningrado duró casi 900 días y acabó totalmente en enero de 1944, en uno de los episodios más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de 1 millón de personas murieron durante el sitio, la mayoría de hambre.
Putin colocó el miércoles una ofrenda floral en el cementerio Piskaryov donde están enterradas 420 mil víctimas civiles y 70 mil soldados soviéticos. Colocó otra ofrenda en un sector donde su hermano, muerto de niño durante el sitio, fue enterrado en una fosa común.