"Llamo a mi querida patria a una tregua nacional para poder entablar mesas de diálogo, para poder fijar la agenda por cada región y desarrollar nuestros pueblos. No me voy a cansar de llamarlos al diálogo, la paz y la unidad", dijo Boluarte en una conferencia con la prensa extranjera en el Palacio de Gobierno en Lima.
Boluarte reiteró varias veces su "perdón por los fallecidos" en estas protestas, al menos 46 directamente relacionados con las manifestaciones, las cuales se reanudaron el 4 de enero en el sur de Perú y que mantienen bloqueos en las principales rutas del país.
Además, Boluarte descartó una vez más su dimisión.
"Me iré cuando hayamos convocado a las elecciones generales (…) No tengo intención de quedarme en el poder·, dijo tajante, agregando que el Congreso "sin duda alguna" va a confirmar en febrero el adelanto de las elecciones, previstas para abril 2024.
"¿Mi renuncia resolvería la crisis y la violencia? ¿quién asumiría la presidencia de la República?", apuntó ante las preguntas de la prensa sobre su permanencia en el cargo.
Las protestas estallaron tras la destitución y detención del presidente izquierdista Pedro Castillo, el 7 de diciembre, cuando el gobernante intentó disolver el Parlamento -controlado por la derecha- cuando estaba a punto de sacarlo del poder por presunta corrupción.
La crisis social también es un reflejo de la enorme brecha entre la capital y las empobrecidas provincias andinas del sur de Perú que apoyaron en las elecciones de 2021 a Castillo, de ascendencia indígena.