Mientras continuaba el debate sobre la reforma en el Senado, los trabajadores bloquearon el viernes las salidas de combustible de las refinerías de TotalEnergies y Esso, mientras se interrumpía el suministro eléctrico y se retrasaba el mantenimiento de algunos reactores nucleares de EDF.
De momento, el impacto no ha sido importante, ya que el frío ha impedido que la basura en París y otras ciudades apeste. Aún no hay colas en las gasolineras, ya que los automovilistas y los operadores de estaciones de servicio se anticiparon a las interrupciones.
Pero el sindicato de línea dura CGT en la refinería Donges de TotalEnergies dijo que la huelga continuaría al menos hasta el jueves y los sindicatos de recolectores de basura no habían fijado una fecha para la reanudación de los servicios.
En una carta a los sindicatos, Macron se negó a aceptar su petición de reunión, diciendo que los sindicatos habían tenido tiempo de sobra para negociar con el Gobierno en los últimos meses y que ahora era el momento de que el Parlamento revise la reforma, cuya medida clave es una ampliación de dos años de la edad de jubilación hasta los 64 años.
"No subestimo el descontento que expresan ni el temor de muchos franceses a que no haya jubilación para ellos", dijo Macron en la carta, publicada por los medios franceses.
Añadió que no cedería en la necesidad de restablecer un equilibrio financiero duradero del sistema de pensiones para garantizar las pensiones de las generaciones futuras.
Los sindicatos planean más marchas en todo el país para el sábado. Según una nota del Ministerio del Interior citada por la televisión francesa BFM, la policía espera que se manifiesten entre 800.000 y 1 millón de personas.
Los sondeos de opinión muestran que la mayoría de los votantes se opone al plan de Macron.