Los manifestantes lanzaron bombas molotov y la policía respondió con gases lacrimógenos y granadas de percusión cerca del Parlamento, en el centro de la capital, según periodistas de la AFP.
Al menos 40 mil griegos están de nuevo en las calles el jueves gritando su cólera mientras que el país se encuentra en gran parte paralizado por una huelga general.
Hacia el mediodía los manifestantes expresaban su cólera ante la sede de la compañía de ferrocarriles Hellenic Train, constató la AFP, como ya habían hecho tres días después de la colisión entre un tren de pasajeros -que unía Atenas a Salónica (norte)- y un convoy de mercancías la noche del 28 de febrero.
En Salónica, la gran ciudad universitaria del norte de la que procedían muchas de las víctimas, manifestaron 8 mil 500.
Los manifestantes respondieron al llamamiento de las organizaciones sindicales del sector público, pero también, por primera vez, del sector privado, con riesgo de nuevas violencias, tras los enfrentamientos del 8 de marzo.
Después de varias manifestaciones de alcance limitado en los días que siguieron al accidente ferroviario, unas 65 mil personas protestaron el 8 de marzo, algunas pidiendo la renuncia del primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
Grecia estaba paralizada en gran parte este jueves, en particular en el sector del transporte.
Todos los barcos que conectan el continente con las islas permanecen atracados durante 24 horas y la mayoría de los aviones estacionados en las pistas.
Según el ministro de Transportes, el tráfico ferroviario no debería reanudarse, y solo gradualmente, hasta el 22 de marzo.
Muchas escuelas también están cerradas, mientras que los estudiantes, en primera línea en esta ola de protesta inédita desde los años de la crisis financiera, también eran numerosos en las procesiones. (Boletín)