Los jóvenes han estado desde enero en un segundo plano de las protestas contra la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, pero su creciente presencia en las últimas semanas preocupa a las autoridades.
En 2006, su movilización, junto a los sindicatos, consiguió que el entonces presidente conservador Jacques Chirac retirara su polémico Contrato Primer Empleo (CPE), destinado a los menores de 26 años, pese a estar ya adoptado. Ahora buscan otro éxito.
En el liceo Montaigne, uno de los centros educativos más antiguos de París situado en el acomodado barrio de los jardines de Luxemburgo, medio centenar de jóvenes bloquean en la mañana la entrada, con contenedores de basura y vallas de seguridad.
Los carteles "Montaigne Bloqueado" y "Macron Explosión" decoran la puerta, en unas imágenes que se repiten en liceos y universidades de toda Francia, de Aviñón (sur) a Le Havre (noroeste), pasando por Lille (norte) o Marsella (sureste).
"La reforma afecta a nuestro futuro y nosotros seremos los adultos de mañana. Tenemos que actuar ahora", asegura a AFP Alice, una estudiante de 16 años. "Ya que no podemos votar, es nuestra forma de expresarnos", abunda su amiga Ariane.
El fin cercano de los exámenes del último año de liceo para obtener el diploma oficial de final de estudios favorece la participación. En el liceo Turgot, en el centro de París, los jóvenes que lo bloquean sólo dejan pasar a sus compañeros que se examinan.