“Con el respaldo de la inviolabilidad consagrada en la Convención de Viena de la cual ambas naciones, Argentina y Venezuela, son signatarias, ha acogido a líderes políticos de la oposición en la residencia oficial de la embajada argentina en Caracas”, anunció la oficina de la presidencia argentina en un comunicado.
La medida del lunes, se tomó en víspera del polémico cierre de listas para las elecciones generales del 28 de julio, en las que el mandatario venezolano Nicolás Maduro aspira a un tercer periodo. El proceso electoral se vio alterado por el bloqueo a la postulación de la lideresa opositora María Corina Machado y de su sustituta Corina Yoris.
La presidencia argentina no confirmó las identidades de los disidentes alojados en su sede diplomática. Una fuente del gobierno de Milei, quien habló bajo condición de anonimato al no estar autorizada a brindar información sobre el caso, dijo que se trataba de seis opositores.
En su comunicado oficial, Argentina denunció que luego del ingreso de los opositores, la embajada sufrió la interrupción del suministro eléctrico.
Al respecto, las autoridades argentinas advirtieron al gobierno de Venezuela “sobre cualquier acción deliberada que ponga en peligro la seguridad del personal diplomático argentino y de los ciudadanos venezolanos bajo protección, recordando la obligación del Estado receptor de salvaguardar las instalaciones de la misión diplomática contra intrusiones o daños y preservar la tranquilidad y dignidad de la misma”.
Las tensiones entre Argentina y Venezuela han ido en aumento desde la llegada al poder de Milei, un economista ultraliberal de extrema derecha que ha calificado a Maduro de “socialista empobrecedor”.
Con una postura de confrontación opuesta a la línea más moderada de su antecesor, el centroizquierdista Alberto Fernández, Milei condenó la represión contra la oposición venezolana.
En enero, un mes después de asumir la presidencia, Milei le entregó a Estados Unidos un avión de la empresa venezolana Emtrasur vinculado con la Guardia Revolucionaria de Irán, el cual había sido decomisado por la justicia argentina cuando aterrizó en Buenos Aires hace dos años.
En represalia, el gobierno de Maduro prohibió el uso de su espacio aéreo para aeronaves argentinas hasta que no sea compensado por el decomiso del avión de Emtrasur.