Las enormes filas de vehículos, en su mayoría tráileres, se extendieron hasta por 7 kilómetros y generan tiempos de espera de más de cinco horas para los transportistas, debido a que la policía texana se toma su tiempo para inspeccionar cada unidad.
Por este cruce suelen pasar, en promedio, 150 tráileres por hora y hasta 3 mil 500 por día, sin embargo, esas cifras están muy lejos de lo que sucede actualmente.
Se calcula que estas medidas dejarán pérdidas millonarias para las cadenas de suministro de alimentos y otros productos. Incluso, empresarios de la industria del transporte analizan la posibilidad de usar aviones de México hacia sus destinos en Estados Unidos, lo cual aumentaría el costo del traslado de mercancías.
Por su parte, la Cámara de Comercio de Ciudad Juárez denunció que las inspecciones se aplican con fines políticos, por lo que exigió terminar con ellas.
La medida ordenada por el gobernador Abbott, se aplica ante el incremento en el número de migrantes que llegan en tren para cruzar irregularmente a Estados Unidos y solicitar asilo humanitario.