“El deslizamiento sepultó a más de 2 mil personas vivas y causó importantes destrozos en edificios, huertos, además de afectar gravemente a la base económica del país”, indicó el Centro Nacional de Catástrofes Papú en una carta a la ONU.
Una aldea situada en la ladera de una colina en la provincia de Enga, en el centro del archipiélago, fue casi completamente arrasada cuando colapsó parte del monte Mongalo, sepultando numerosas casas y a las personas que dormían en su interior.
“La situación continúa siendo inestable pues el deslizamiento de tierras continúa avanzando lentamente, poniendo en peligro tanto a los rescatistas como a los posibles sobrevivientes”, agregó.
En consecuencia, el Centro Nacional de Catástrofes Papú pidió a Naciones Unidas informar sobre la crisis que padecen a los socios de desarrollo de Papúa Nueva Guinea y a otros amigos internacionales.
Sin un número de víctimas definido
La ONU mantendrá una reunión con gobiernos extranjeros para tratar de coordinar las labores de rescate, que se complicaron por la lejanía del lugar así como por los cortes en las carreteras y los continuos enfrentamientos tribales en las cercanías.
Residentes y equipos de rescate utilizan palas y trozos de madera para encontrar a personas bajo el alud, que podría tener hasta ocho metros de profundidad y cuya longitud equivaldría a casi cuatro campos de fútbol.
“Nadie escapó. No sabemos quién murió porque los registros están enterrados”, declaró Jacob Sowai, un maestro de un pueblo vecino.
Por su parte, el funcionario del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Nicholas Booth, apuntó que calcular un número de víctimas es difícil porque muchas personas que huían de la violencia tribal se trasladaron a la zona en los últimos años.
Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofreció su asistencia para atender las necesidades sanitarias urgentes, mientras que Australia anunció que proporcionará suministros de emergencia, como refugios, equipo de higiene y apoyo específico para mujeres y niños.
De igual manera, el presidente Chino, Xi Jinping, brindó la asistencia de su país, así como Estados Unidos, Francia y Japón.
¿Nuevas grietas se avecinan?
Papúa Nueva Guinea tiene uno de los climas más húmedos del mundo, por lo que investigaciones han revelado que los cambios en los patrones de precipitaciones relacionados con el cambio climático podrían exacerbar el riesgo de deslizamientos de tierra.
En suma, Papúa Nueva Guinea ha vivido este año numerosos terremotos, inundaciones y deslizamientos que han complicado el trabajo de los servicios de emergencia.
Serhan Aktoprak, funcionario de la agencia de migración de la ONU, indicó que estaban apareciendo grietas en terrenos adyacentes al corrimiento. Esto, dijo, podría desencadenar un nuevo deslizamiento.