Biden, de 81 años, y Trump, de 78, están empatados en las encuestas nacionales, y una parte considerable del electorado sigue indecisa a cinco meses de la votación del 5 de noviembre.
“Es una prueba increíble de su competencia cognitiva”, dijo el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Arkansas, Patrick Stewart, que escribió un libro sobre los debates presidenciales. “Es nuestra oportunidad de ver cuánto han decaído o si han decaído”.
Con estrictas limitaciones para hablar, la prohibición de tomar notas y sin un público que les anime durante los 90 minutos que durará el debate en la CNN, tendrán que prepararse para preguntas difíciles y un formato que les incomode, dijo Stewart.
Ron Klain, exjefe de gabinete de Biden y veterano en la preparación de debates, dirige las sesiones de Biden en Camp David, el refugio de montaña al oeste de Maryland donde el presidente se preparó para su encendido discurso sobre el Estado de la Unión en marzo.
Un portavoz de la campaña no quiso hacer comentarios sobre si el exasesor de la Casa Blanca Bob Bauer retomaría el rol de Trump que desempeñó durante la preparación del debate en 2020.
El equipo del presidente estadounidense se centrará en refinar el argumento de que Trump aplica políticas extremistas en materia de aborto y otras cuestiones, es un peligro para la democracia y está en deuda con los ricos donantes que le extienden cheques, dijo un funcionario de la campaña.
Enfoque informal
En el campo de Trump, se quiere hacer que Biden defienda el historial de su Gobierno en materia de inmigración e inflación, así como la forma en que lidia con “un mundo en llamas”, dijo el asesor principal de campaña Brian Hughes en referencia al conflicto entre Israel y Hamás y la invasión de Rusia a Ucrania.
Donald Trump ha celebrado una serie de reuniones en las últimas semanas con senadores y asesores estadounidenses en su finca de Mar-a-Lago, en Florida, y en otros lugares para repasar el tipo de puntos políticos sustanciales que le gustaría exponer en el escenario del debate.
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Entre los participantes en las conversaciones con Trump figuran los senadores estadounidenses J.D. Vance y Marco Rubio -ambos principales aspirantes a ser el compañero de fórmula de Trump- y Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump durante su presidencia, conocido por su postura de línea dura en materia de inmigración.
Los asesores del exmandatario dicen que está adoptando un enfoque más informal para prepararse para el debate que en el pasado, cuando su antiguo aliado Chris Christie asumió los papeles de los rivales Hillary Clinton en 2016 y Biden en 2020.