Las manifestaciones convocadas por grupos de extrema derecha y contrarios a la inmigración tienen su origen en el ataque de un adolescente de 17 años identificado falsamente como inmigrante que mató a tres niñas en la localidad de Southport, cerca de Liverpool el pasado lunes. En muchos lugares ha habido contramanifestaciones antifascistas.
En estas manifestaciones de extrema derecha se han lanzado botellas, se han roto escaparates y ha habido enfrentamientos físicos con los policías. También se han coreado consignas islamófobas y contra la inmigración.
En Liverpool un agente ha recibido un ladrillazo en la cabeza y otro ha sido derribado a patadas cuando se desplazaba en una motocicleta en la ribera de la ciudad. Mientras, varios cientos de antifascistas han coreado lemas como "Los refugiados son bienvenidos aquí" o "Escoria nazi, fuera de nuestras calles".
En otros lugares como Hull, Manchester o Blackpool también ha habido disturbios. Las manifestaciones han transcurrido pacíficamente en Sunderland, Hartlepool, Aldershot o Londres.
La ministra del Interior británica, Yvette Cooper, ha advertido de que quien participe en "desórdenes inaceptables" tendrá que rendir cuentas. Para ello trabaja con las fuerzas policiales para garantizar "consecuencais, arrestos e imputaciones".
Quienes participen en esta violencia podrían ser "encerrados" o sometidos a prohibiciones de viaje, ha alertado Cooper, que ha resaltado que hay "suficiente" espacio en prisión.
Mientras, la oficina del primer ministro, Keir Starmer, ha explicado que la Policía tiene su "apoyo total" para responder a los "extremistas" del "odio".
Respuesta de las autoridades
Ministros del Gobierno británico han mantenido este sábado un encuentro por videoconferencia para abordar estas marchas después de que Starmer anunciara la creacion de una nueva unidad policial para hacer frente a los disturbios violentos.
En una conferencia de prensa en Downing Street, el primer ministro criticó a una "minoría minúscula y sin sentido en nuestra sociedad" que había obligado a una comunidad "doliente" en Southport a "sufrir el doble" cuando organizaron una manifestación tras el ataque.
Todo esto tiene lugar tras una noche de disturbios en Sunderland, en el norte de Inglaterra, donde los manifestantes han atacado una oficina de Policía, ocasionando un incendio en el edificio colindante, al tiempo que han mantenido enfrentamientos "a niveles graves y sostenidos de violencia" con las fuerzas de seguridad, contra quienes han lanzado latas y piedras a las puertas de una mezquita, según la cadena británica BBC.
Ante esta "deplorable" situación, las autoridades policiales locales han recomendado "a los ciudadanos que eviten la zona mientras los agentes se ocupan de la situación". "Queremos dejar absolutamente claro que el desorden, la violencia y los daños que se han producido no serán tolerados. La seguridad de los ciudadanos es nuestra máxima prioridad", agrega la mencionada nota.