"Tenemos el primer vuelo del convenio financiado por Estados Unidos", dijo a la prensa el viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, acompañado por funcionarios estadounidenses, luego de que despegara al amanecer el vuelo chárter desde el aeropuerto de Albrook de la capital panameña con los 29 deportados rumbo a Bogotá.
Antes de abordar el avión Fokker 50, el grupo fue formado a un costado de la pista y cada uno fue revisado con detectores de metal. Los deportados, que no portaban equipaje, iban esposados de pies y manos, por lo que subieron lentamente la escalerilla de la nave.
Icaza dijo que "el viernes o sábado" puede partir el siguiente vuelo en el marco del memorándum que Panamá suscribió con Estados Unidos el 1 de julio, el día que José Raúl Mulino asumió como nuevo presidente panameño.
Mediante este convenio, Washington se comprometió a financiar con seis millones de dólares la deportación desde el país centroamericano de migrantes que crucen el Darién, la inhóspita jungla situada en la frontera colombo-panameña.
"El memorándum acoge a cualquier persona, no solo criminales", dijo la agregada de Seguridad Interior de Estados Unidos en Centroamérica, Marlene Piñeiro, quien presenció el proceso de deportación junto a otros funcionarios estadounidenses y panameños.
"Además de los vuelos chárter, nosotros estamos apoyando con vuelos comerciales" para el retorno de migrantes a sus países de origen, agregó.