Con el Partido Demócrata construyendo la coalición, que esperan llevará al triunfo en las elecciones nacionales de noviembre –no sólo para la Casa Blanca, sino retomar el control de la cámara baja y retener el del Senado–, la primera noche ofreció un contraste con su oposición republicana. Kamala Harris apareció sorpresivamente para ofrecer un agradecimiento a su jefe Biden. Joe, gracias por tu liderazgo histórico, por todo lo que has hecho por nuestra nación, declaró.
“Al ver a todos aquí esta noche, veo la belleza de nuestro país, la gente de todas las esquinas de la nación unidas para declarar: ‘vamos avanzando’”, y concluyó con su consigna: cuando luchamos, ganamos.
Biden fue la estrella de la noche. Una ovación extendida y miles coreando gracias, Joe; gracias, Joe. El presidente declaró que la democracia ha prevalecido, la democracia ha cumplido y la democracia tiene que ser preservada, al recordar la amenaza que representó y sigue representando Donald Trump con su apoyo a supremacistas y las fuerzas ultraderechistas.
Ofreció una lista de sus principales logros, desde el ámbito económico hasta limitar los costos de fármacos, y la legislación sobre el cambio climático que, aseveró, es la más ambiciosa del mundo, en lo que parecía un discurso de campaña que a la vez era un intento para pasarle la estafeta a Harris.
No hay país que no piense que somos el líder del mundo. Y el mundo está mejor por ello. ¿Quién puede liderear el mundo mejor que Estados Unidos?, insistió.
Se congratuló de que el cruce de migrantes es de 50 por ciento menos que con Trump. No demonizaremos a los migrantes y, revirtiendo la frase del republicano, afirmó: Trump está envenenando la sangre de nuestro país.
Acabó declarando: tengo cinco meses más en mi periodo, y tengo mucho por lograr. Agregó: amo mi chamba, pero amo más a mi país, dijo, en referencia a su decisión de ceder la candidatura, y llamó a la unidad para elegir a Harris y el candidato vicepresidencial Tim Walz. Seré el mejor voluntario (de campaña) para Kamala y Tim, prometió.
Fue notable el mosaico de razas y etnias en esta arena, comparado con la abrumadora blancura de la convención republicana del mes pasado; también, las fuerzas sociales presentes. Mientras Donald Trump atacó a sindicatos, anoche Harris recibió el endoso de casi todos los principales gremios nacionales y la central obrera AFL-CIO con los delegados coreando: Sindicato, sí; sindicato, sí.
¿De qué lado estás?
El líder sindical más popular anoche fue Shawn Fain, presidente del sindicato automotriz UAW, que el año pasado triunfó en su huelga histórica contra las tres empresas automotrices más grandes del país, quien dijo que esta elección se trata de una sola pregunta ¿de qué lado estás? De un lado tenemos a Kamala Harris y Tim Walz, que han estado del lado de la clase trabajadora. Del otro están Trump y Vance, los servidores de la clase multimillonaria que sólo se sirven a sí mismos. Para la clase trabajadora es muy sencillo, Kamala Harris es una de nosotros, es una luchadora. Donald Trump es un esquirol, y Shawn se quitó el saco para mostrar una camiseta con este mismo mensaje.
Las convenciones políticas usualmente son un desfile de políticos electos intentando entusiasmar a los delegados y sus invitados, y trasmitir un mensaje muy ensayado para una audiencia masiva de televisión que ve una pequeña parte del espectáculo. Pero anoche fueron los no políticos quienes conquistaron al público, como el líder sindical Fain y Steve Kerr, el entrenador del equipo estadunidense campeón olímpico de basquetbol y también entrenador de los Golden State Warriors de California. La alegría, la compasión, el compromiso con nuestro país que vimos en las Olimpiadas, eso es lo que Kamala Harris y Tim Walz tienen. El liderazgo real, no el que busca dividirnos.
Ella tiene currículum; su rival, antecedentes penales
Hubo frases notables para marcar la diferencia entre Harris y Trump. Jasmine Crockett, diputada federal de Texas, subrayó: Kamala tiene un currículum, Trump tiene una hoja de antecedentes penales. Agregó que la pregunta es si un vil violador violará la visión de los votantes.
El diputado Jamie Raskin, quien fue uno de quienes guiaron la investigación legislativa sobre el intento de golpe de Estado de Trump en 2020, declaró que la batalla contra el magnate es realmente una lucha contra el fascismo, y contra lo que llamó republicanos bananeros.
Otra oradora de la noche fue la legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, líder del ala progresista del partido, quien fue la primera en mencionar el tema de Gaza desde el podio, argumentando que Harris está trabajando incesantemente por un alto el fuego, pero no exigió más.
La primera noche de la convención también es usualmente reservada para ex líderes del partido y, por lo tanto, la ex secretaria de Estado y la primera mujer candidata presidencial del partido Hillary Clinton apareció ante la convención para ofrecer otro tributo a Biden y subrayar el papel histórico de Harris como la primera mujer en la vicepresidencia y declarar que será la primera mujer presidenta (no se sabe si lo hizo con cierta envidia).
La primera de las cuatro noches de la convención fue sobre todo el primer adiós de Biden a su carrera política de medio siglo, y la bienvenida de quien será coronada este jueves como su sucesora.