Los legisladores cuestionaron repetidamente por qué la agencia encargada de proteger a los principales líderes del país no hizo un mejor trabajo comunicándose con las autoridades locales durante el acto de campaña de Trump del 13 de julio, particularmente cuando se trataba de asegurar el edificio que fue ampliamente considerado una amenaza a la seguridad pero que finalmente quedó tan desprotegido que el agresor, Thomas Michael Crooks, pudo trepar y abrir fuego contra el candidato republicano a la presidencia.
“En los días previos al acto de campaña, no fue un solo error lo que permitió a Crooks evadir a uno de los grupos de profesionales de seguridad más selectos de nuestro país. Hubo fallas de seguridad en múltiples frentes”, aseveró el copresidente republicano de la comisión, el congresista Mike Kelly de Pensilvania.
“Sin embargo, también queda claro que la comunicación entre el Servicio Secreto y las agencias locales y estatales fue inconexa y poco clara”, sostuvo el legislador Jason Crow, el demócrata de mayor rango en el panel, quien también elogió a las autoridades policiales locales.
Trump resultó herido y un hombre que asistía al mitin con su familia murió en el tiroteo.
El panel, compuesto por siete republicanos y seis demócratas, pasó los últimos dos meses analizando las fallas de seguridad en el evento, realizando casi dos docenas de entrevistas con las autoridades policiales y recibiendo más de 2.800 páginas de documentos del Servicio Secreto.
Los legisladores también investigan un presunto segundo intento de asesinato contra Trump que ocurrió a principios de este mes, cuando un hombre con un fusil intentó disparar contra el candidato presidencial republicano cuando éste jugaba golf en uno de sus campos en el sur de Florida.