En Carolina del Norte, lugar al que acudirá el presidente Joe Biden este miércoles, se registran al menos 74 fallecidos; en Carolina del Sur, 36; en Georgia, 25; en Florida, 14; en Tennessee, cuatro y en Virginia, dos.
Personal de emergencia sigue trabajando para restablecer el servicio de electricidad y agua en la región. Aunque cientos de personas continúan desaparecidas, las autoridades esperan hallar sobrevivientes una vez regrese la señal de telefonía móvil.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, dijo que cree que el número de muertos en su estado aumentaría y que “la devastación provocada por el huracán Helene es increíble. Las comunidades fueron borradas del mapa”.
Copper calificó de “enormes” los desafíos que enfrentará el estado, particularmente en condados del oeste como Buncombe, de lejos el más devastado con 57 muertes.
En Carolina del Sur, el gobernador Henry McMaster confirmó un nuevo saldo de 36 muertes y advirtió que “probablemente habrá más”.
Helene azotó la costa norte del Golfo de Florida en forma de huracán categoría cuatro el jueves por la noche, con vientos de hasta 225 km/h.
Aunque se debilitó, la huella de destrucción que comenzó en la costa se adentró hasta 800 kilómetros en tierra.
La tormenta, que sucede a pocas semanas de las presidenciales en Estados Unidos, se politizó cuando el lunes Trump acusó en Georgia a la administración del presidente Joe Biden de “no responder”, una versión que el gobierno refutó de inmediato.
Los científicos dicen que el cambio climático probablemente cumple un papel en la rápida intensificación de los huracanes. El presidente Biden atribuyó el lunes la devastación de “Helene” a esa misma teoría: “Absolutamente, categóricamente, inequívocamente, sí, sí, sí”, dijo.