Consideró que “es de pena ajena la reacción del presidente del instituto, quien dijo que eso era hace dos meses, porque aún no estaba en debate el tema, pero las cosas han cambiado”.
El mandatario abordó el tema en la mañanera sin que mediara pregunta; insistió en que en la propuesta gubernamental para restructurar la organización de comicios en México nadie va a desaparecer al INE. La iniciativa, dijo, pretende que este organismo “ya no esté en manos de la oligarquía antidemocrática, corrupta, que por conducto de los partidos nombraba a los consejeros del instituto; gente sin principios, sin vocación democrática, y nombraban también a los magistrados del Tribunal Electoral”.
De buen talante, ordenó colocar los resultados de la encuesta del INE en la pantalla del salón Tesorería y se regodeó en cada uno de los puntos que muestran el respaldo a su propuesta de reforma: reducir las prerrogativas partidistas, 93 por ciento muy a favor o a favor; adelgazar el Congreso, 78 por ciento muy a favor o a favor; elegir a los consejeros y magistrados, también 78 por ciento muy a favor o a favor; desaparecer a los institutos electorales estatales, 51 por ciento muy a favor o a favor; transformar el INE en Instituto Nacional Electoral y Consultas; 52 por ciento de apoyo.
El Presidente se enfocó en la proporción de personas que tenían conocimiento de la encuesta –27 por ciento–, subrayando que quienes comúnmente están más informados son parte de la élite, aquellos que tienen más acceso a Internet o viven en las ciudades. Descalificó el matiz que pretende darle el INE al enfatizar en el bajo porcentaje de quienes saben que está en curso una modificación constitucional. “Es lo que ocultan”.
Refirió que según la encuesta, 51 por ciento la consideran necesaria, al destacar: “están de acuerdo en que se realice una reforma electoral”. Sin embargo, criticó, “hay que matizar, porque el que paga manda; no puede ser así tan rudo, tan seco; la opinión está dividida entre quienes lo ven muy necesario y quienes no”. Así, el mandatario desgranó varios puntos centrales de su propuesta de reforma, con énfasis en el respaldo social a su pretensión de reducir el fianciamiento partidista, sobre la cual subrayó: “dicen que la encuesta la entregaron a los representantes de los partidos, pues también ellos la guardaron; fue un pacto de silencio”. (Boletín)