En Vuelta Abajo, región que forma un triángulo entre los municipios de San Luis, San Juan y Martínez y Pinar del Río (capital de la homónima provincia) se pueden contar con los dedos de una mano las casas de tabaco que soportaron los vientos de más de 200 kilómetros por hora de Ian.
"Una catástrofe de esta envergadura nunca la habíamos tenido", declara a la AFP Carpio, que tiene su finca en San Luis, 175 kilómetros por hora al oeste de La Habana.
La tabaquera añade que el huracán dejó "una situación extremadamente difícil para todos los campesinos", porque "en este momento (…) de crisis" económica "no sabemos cómo se puede enfrentar esto".
Además de echar abajo las casas de tabaco, construcciones rústicas de madera, imprescindibles para que el secado de las hojas de la planta se beneficie del sol, el aire y la humedad, las lluvias y los vientos de Ian erosionaron campos de cultivo que estaban siendo preparados para la campaña de siembra que comienza en octubre.
"Esto es algo que le da un golpe, que frena el desarrollo de la campaña de siembra" ya que las tierras ya estaban aradas a la espera de la plantación, dice el tabaquero Sergio Luis Martínez de 59 años, que también perdió su casa de tabaco en Pinar del Río.