La orden tuvo lugar momentos después de que el equipo legal de Trump recibiera una citación del Departamento de Justicia de Estados Unidos para que el expresidente confesara la localización de dichos documentos, entre los que se encontraban secretos de Estado o incluso información sobre la defensa de otros países.
Este testimonio sugeriría un esfuerzo por ocultar los documentos al Gobierno de Estados Unidos por parte de Trump a pesar de los esfuerzos de la Administración Nacional de Archivos y Registros y del Departamento de Justicia por pedir cooperación al expresidente estadounidense.
Con todo, el empleado que ha confesado la información al FBI, trabajaba en la residencia en Florida del magnate y fue requerido por los agentes federales en varias ocasiones. (Boletín)